DICCIONARIO MÉDICO
Carcinoma vesical
Tumor que afecta al urotelio y tiene mayor incidencia en el hombre que en la mujer (9 y 4% de los tumores, respectivamente). En algunos casos, puede ser consecuencia de la exposición a la naftilamina y a otras aminas aromáticas, así como al tratamiento con ciclofosfamida, y los fumadores presentan un riesgo mayor que los no fumadores. Solo en un 1-3%, se trata de un cáncer escamoso, y entonces va asociado típicamente a la esquistosomiasis, siendo excepcional el adenocarcinoma (1%). En cuanto al diagnóstico, la hematuria es el signo princeps, ya que aparece en el 85% de los casos; después se realiza una cistoscopia. Aunque histológicamente se trata de tumores de la misma naturaleza, desde el punto de vista diagnóstico y terapéutico, se dividen en dos grupos: superficiales y profundos. Los primeros afectan a la mucosa vesical y los segundos a la muscular de la vejiga. Los superficiales se tratan mediante resección transuretral endoscópica y, ocasionalmente, se añade quimioterapia endocavitaria con quimioterápicos (tiotepa, adriamicina, mitomicina C) o BCG. El tratamiento complementario tiene por objeto disminuir las recidivas y la progresión. Los tumores superficiales deben ser minuciosamente seguidos mediante controles endoscópicos, por su tendencia a la recidiva (en el 40-70% de los pacientes así sucede) y a la progresión (en el 20-40% de los casos progresan a profundos). El tratamiento estándar de los profundos es la cistectomía radical (extirpación de la vejiga, la próstata y las vesículas seminales), asociado a tratamiento con quimio o radioterapia, con el objeto de mejorar el control local, facilitar la cirugía y mejorar la supervivencia global. Los profundos tienen una supervivencia con tratamiento del 50% en cinco años.
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