DICCIONARIO MÉDICO

Derrame sinovial

Qué es  un derrame sinovial

El derrame sinovial, también conocido como efusión sinovial, es la acumulación excesiva de líquido sinovial en una articulación. Este líquido, producido normalmente en pequeñas cantidades, tiene la función de lubricar y nutrir las estructuras articulares. Sin embargo, cuando se produce un aumento de líquido intraarticular debido a inflamación, lesiones o enfermedades subyacentes, puede generar molestias, hinchazón y dificultad para mover la articulación afectada.

El derrame sinovial es una manifestación clínica que indica un desequilibrio en la producción y reabsorción de líquido sinovial dentro de la articulación. Es frecuente en articulaciones grandes como la rodilla, el tobillo o el codo, pero puede afectar cualquier articulación sinovial. Su presentación puede variar desde un leve aumento de líquido (derrame articular suprapatelar) hasta una acumulación significativa que limita la movilidad.

Líquido sinovial normal

El líquido sinovial es una sustancia viscosa y clara que actúa como lubricante y amortiguador en las articulaciones. Normalmente, su cantidad es mínima y no genera síntomas. Un derrame sinovial ocurre cuando la producción excede su reabsorción debido a diversas causas.

Causas del derrame sinovial

Las causas del derrame sinovial son múltiples y abarcan desde lesiones traumáticas hasta enfermedades inflamatorias crónicas. Identificar la causa subyacente es esencial para un tratamiento eficaz.

Lesiones traumáticas

  • Esguinces: daño en los ligamentos que rodean la articulación, frecuente en el tobillo y la rodilla.
  • Fracturas: pueden acompañarse de derrame de líquido sinovial debido al daño en las estructuras articulares.
  • Desgaste articular: como el causado por actividades repetitivas o deportes de impacto.

Enfermedades inflamatorias

  • Artritis reumatoide: una enfermedad autoinmune que provoca inflamación crónica en las articulaciones.
  • Gota: causada por la acumulación de cristales de ácido úrico en la articulación.
  • Artritis infecciosa: también conocida como artritis séptica, causada por bacterias u otros patógenos.

Otras causas

  • Osteoartritis: el desgaste del cartílago articular puede provocar un derrame sinovial.
  • Quistes sinoviales: como el quiste de Baker en la rodilla.
  • Enfermedades sistémicas: como el lupus eritematoso sistémico.

Síntomas del derrame sinovial

Los síntomas del derrame sinovial pueden variar según la gravedad y la causa subyacente. Los más frecuentes incluyen:

Síntomas locales

  • Hinchazón: aumento visible del volumen articular debido al exceso de líquido.
  • Dolor: especialmente al moverse o aplicar presión en la articulación afectada.
  • Rigidez: dificultad para mover la articulación completamente.

Síntomas adicionales

  • Calor local: asociado a inflamación activa.
  • Inestabilidad articular: particularmente en derrames articulares en la rodilla.

Diagnóstico del derrame sinovial

El diagnóstico del derrame sinovial se basa en una combinación de exploración física y estudios complementarios. Es fundamental identificar la causa para planificar el tratamiento adecuado.

Exploración clínica

  • Palpación: para detectar hinchazón y sensibilidad.
  • Pruebas de movilidad: evaluación de la amplitud articular y signos de dolor.

Pruebas de imagen

  • Ecografía: útil para evaluar la cantidad de líquido sinovial y guiar punciones.
  • Resonancia magnética (RM): para detectar lesiones en tejidos blandos o cartílago.
  • Radiografía: descarta fracturas u osteoartritis asociadas.

Análisis de líquido sinovial

La extracción de líquido intraarticular mediante artrocentesis permite analizar su composición y diagnosticar condiciones como infecciones, gota o artritis inflamatoria.

Tratamiento del derrame sinovial

El tratamiento del derrame sinovial depende de la causa subyacente y de la severidad de los síntomas. Las opciones incluyen:

Tratamiento médico

  • Antiinflamatorios: como AINEs o corticoides para reducir la inflamación.
  • Antibióticos: en casos de artritis infecciosa.
  • Colchicina: para el manejo de gota.

Tratamiento físico

  • Reposo: para minimizar el estrés en la articulación afectada.
  • Fisioterapia: ejercicios para fortalecer la articulación y mejorar la movilidad.

Intervenciones invasivas

  • Artrocentesis: extracción de líquido sinovial para aliviar síntomas y obtener muestras para análisis.
  • Infiltración de corticoides: reduce la inflamación en casos crónicos.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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