DICCIONARIO MÉDICO

Diritromicina

Qué es la diritromicina

La diritromicina es un antibiótico macrólido de segunda generación utilizado principalmente para el tratamiento de infecciones bacterianas causadas por microorganismos sensibles. Este fármaco se caracteriza por su eficacia contra infecciones del tracto respiratorio, piel y tejidos blandos. Su perfil farmacológico incluye una alta concentración en los tejidos afectados y una vida media prolongada, lo que permite un régimen de administración cómodo para los pacientes.

Diritromicina: para qué sirve

La diritromicina es útil en el tratamiento de diversas infecciones bacterianas. Sus indicaciones más comunes incluyen:

  • Infecciones del tracto respiratorio superior, como faringitis, amigdalitis y sinusitis bacteriana.
  • Infecciones del tracto respiratorio inferior, incluyendo bronquitis aguda y neumonía adquirida en la comunidad.
  • Infecciones de la piel y tejidos blandos, como impétigo y celulitis.

La acción bacteriostática de la diritromicina se debe a su capacidad para inhibir la síntesis proteica bacteriana, actuando sobre la subunidad 50S del ribosoma.

Diritromicina: presentación

La diritromicina se comercializa principalmente en forma de tabletas recubiertas, disponibles en diferentes concentraciones, como:

  • Tabletas de 150 mg.
  • Tabletas de 300 mg.

Estas presentaciones permiten ajustar la dosis según las necesidades individuales del paciente y la gravedad de la infección.

Diritromicina: cómo tomarlo

La administración de diritromicina debe realizarse según las indicaciones del médico tratante. Generalmente, se recomienda tomar las tabletas por vía oral, preferentemente antes de las comidas para optimizar su absorción. Las pautas generales incluyen:

  1. Tomar la dosis a la misma hora todos los días para mantener niveles constantes del fármaco en el organismo.
  2. No interrumpir el tratamiento antes de tiempo, incluso si los síntomas mejoran, para prevenir la resistencia bacteriana.
  3. Seguir estrictamente la duración y dosis prescritas por el médico.

Diritromicina: dosis

La dosificación de diritromicina varía según la indicación específica y la edad del paciente. En adultos, las dosis típicas incluyen:

  • 150 mg dos veces al día durante 7 a 10 días para infecciones leves o moderadas.
  • 300 mg una vez al día para infecciones más graves, según criterio médico.

En niños y pacientes con insuficiencia hepática o renal, la dosis debe ajustarse cuidadosamente.

Diritromicina: precauciones

Antes de iniciar el tratamiento con diritromicina, se deben considerar varias precauciones para garantizar su seguridad y eficacia:

  • Informar al médico sobre antecedentes de alergias a macrólidos o cualquier otro medicamento.
  • Evitar el uso concomitante con medicamentos que prolongan el intervalo QT, debido al riesgo de arritmias cardíacas.
  • Tener precaución en pacientes con insuficiencia hepática grave, ya que la diritromicina se metaboliza en el hígado.
  • No se recomienda su uso durante el embarazo o la lactancia, salvo que sea estrictamente necesario y bajo supervisión médica.

Diritromicina: efectos adversos

Como cualquier medicamento, la diritromicina puede causar efectos adversos, aunque no todas las personas los experimentan. Los más comunes incluyen:

  • Trastornos gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea.
  • Dolor abdominal o molestias epigástricas.
  • Reacciones alérgicas leves, como erupciones cutáneas.

En casos raros, se han reportado efectos más graves, como:

  • Hepatotoxicidad.
  • Prolongación del intervalo QT y arritmias cardíacas.
  • Colitis pseudomembranosa asociada al uso de antibióticos.

Ante cualquier síntoma inusual, se debe consultar al médico de inmediato.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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