DICCIONARIO MÉDICO

Disautonomía familiar

Qué es la disautonomía familiar

La disautonomía familiar, también conocida como síndrome de Riley-Day, es una enfermedad genética rara que afecta principalmente a personas de ascendencia judía ashkenazí. Se caracteriza por una alteración en el desarrollo del sistema nervioso autónomo y sensorial, lo que resulta en un amplio rango de síntomas que comprometen funciones vitales como la regulación de la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la sudoración y la sensibilidad al dolor. Este trastorno es hereditario, con un patrón de transmisión autosómico recesivo, lo que significa que ambos padres deben ser portadores del gen defectuoso para que su hijo desarrolle la enfermedad.

Síntomas de la disautonomía familiar

Los síntomas de la disautonomía familiar suelen manifestarse desde el nacimiento o en la primera infancia y afectan múltiples sistemas del cuerpo. Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Hipotensión ortostática, que provoca mareos o desmayos al cambiar de posición.
  • Dificultad para regular la temperatura corporal, con episodios de fiebre sin causa aparente.
  • Ausencia de lágrimas (alacrimia), lo que lleva a ojos secos e irritación ocular.
  • Dificultades para alimentarse, como vómitos frecuentes y problemas para tragar.
  • Alteraciones sensoriales, incluyendo insensibilidad al dolor o a los cambios de temperatura.
  • Problemas digestivos, como estreñimiento crónico o episodios de diarrea.
  • Retraso en el desarrollo motor y tono muscular bajo (hipotonía).
  • Infecciones respiratorias recurrentes debido a un mal manejo de las secreciones.

Diagnóstico de la disautonomía familiar

El diagnóstico de la disautonomía familiar se basa en una combinación de antecedentes familiares, manifestaciones clínicas y pruebas específicas. Entre las herramientas diagnósticas más utilizadas se incluyen:

  • Pruebas genéticas: Identificación de mutaciones en el gen IKBKAP, responsable de la enfermedad.
  • Pruebas funcionales: Evaluaciones del sistema nervioso autónomo para medir respuestas cardiovasculares, sudoración y regulación de la presión arterial.
  • Examen físico: Observación de características clínicas típicas, como ausencia de lágrimas o hipotonía.

Un diagnóstico temprano es crucial para iniciar un manejo adecuado que reduzca las complicaciones asociadas a la enfermedad.

Tratamiento de la disautonomía familiar

Aunque no existe una cura para la disautonomía familiar, el tratamiento está dirigido a controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Este enfoque multidisciplinario puede incluir:

Tratamiento médico

  • Medicación para estabilizar la presión arterial, como fludrocortisona o midodrina.
  • Lágrimas artificiales y geles oftálmicos para aliviar la sequedad ocular.
  • Fármacos proquinéticos para mejorar la motilidad digestiva.
  • Antibióticos profilácticos para prevenir infecciones respiratorias recurrentes.

Cuidados nutricionales

La alimentación es un aspecto crítico en el manejo de la enfermedad, especialmente en niños con dificultades para tragar. Puede ser necesario:

  • Uso de suplementos nutricionales para garantizar una ingesta calórica adecuada.
  • Colocación de una sonda nasogástrica o gastrostomía en casos severos.

Rehabilitación y terapia física

  • Ejercicios para mejorar la fuerza muscular y el desarrollo motor.
  • Fisioterapia respiratoria para manejar las secreciones y prevenir infecciones pulmonares.

Apoyo psicológico y social

El manejo de una enfermedad crónica como la disautonomía familiar puede ser desafiante tanto para los pacientes como para sus familias. El apoyo psicológico y la integración en grupos de apoyo pueden ser fundamentales para afrontar la enfermedad.

Pronóstico

El pronóstico de la disautonomía familiar ha mejorado en las últimas décadas gracias a avances en el manejo médico y el diagnóstico temprano. Aunque sigue siendo una enfermedad grave con una expectativa de vida reducida en muchos casos, un enfoque terapéutico integral puede prolongar la vida y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Las complicaciones respiratorias y cardiovasculares son las principales causas de mortalidad, lo que subraya la importancia de una vigilancia médica constante.

Impacto en la calidad de vida

La disautonomía familiar afecta significativamente la vida diaria de los pacientes y sus familias. La carga de los síntomas físicos, combinada con las limitaciones sociales y emocionales, requiere un enfoque integral que combine cuidado médico, apoyo psicológico y adaptación del entorno para optimizar la funcionalidad y el bienestar general del paciente.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

¿Quiere estar al día sobre temas de salud?

Reciba el boletín de la Clínica para estar al día de novedades y avances médicos

La información proporcionada en este Diccionario Médico de la Clínica Universidad de Navarra tiene como objetivo principal ofrecer un contexto y entendimiento general sobre términos médicos y no debe ser utilizada como fuente única para tomar decisiones relacionadas con la salud. Esta información es meramente informativa y no sustituye en ningún caso el consejo, diagnóstico, tratamiento o recomendaciones de profesionales de la salud. Siempre es esencial consultar a un médico o especialista para tratar cualquier condición o síntoma médico. La Clínica Universidad de Navarra no se responsabiliza por el uso inapropiado o la interpretación de la información contenida en este diccionario.