DICCIONARIO MÉDICO

Disnea respiratoria

Qué es la disnea respiratoria

La disnea respiratoria es una sensación de dificultad para respirar que se origina principalmente en problemas pulmonares o de las vías respiratorias. Este síntoma puede manifestarse durante la inspiración, la espiración o ambos, y puede variar en intensidad desde leve hasta severo. La disnea respiratoria es un motivo frecuente de consulta médica, ya que puede ser indicativa de condiciones agudas o crónicas que afectan la función respiratoria.

Definición de disnea respiratoria

La disnea respiratoria se define como una sensación subjetiva de falta de aire o dificultad para respirar que está relacionada con problemas en los pulmones, las vías respiratorias o los músculos involucrados en la respiración. Este síntoma puede acompañarse de sensaciones de opresión torácica, aumento en la frecuencia respiratoria o fatiga muscular.

Tipos de disnea respiratoria

La disnea respiratoria puede clasificarse según el momento del ciclo respiratorio en el que ocurre:

Disnea inspiratoria

La disnea inspiratoria se caracteriza por dificultad para inhalar aire y suele estar asociada a obstrucciones en las vías respiratorias superiores, como en el caso de la laringitis, el edema de glotis o la presencia de cuerpos extraños.

Disnea espiratoria

La disnea espiratoria se manifiesta como dificultad para exhalar aire y es común en enfermedades obstructivas de las vías respiratorias bajas, como el asma bronquial o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Disnea mixta

La disnea mixta incluye tanto dificultad para inspirar como para espirar y suele presentarse en condiciones avanzadas o severas como el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) o en enfermedades pulmonares restrictivas.

Apnea y disnea

Aunque relacionadas, la apnea y la disnea respiratoria son condiciones diferentes. La apnea se refiere a la interrupción temporal de la respiración, mientras que la disnea es una sensación subjetiva de dificultad respiratoria. Ambas pueden coexistir en condiciones como el síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño.

Causas de la disnea respiratoria

Las causas de la disnea respiratoria son múltiples y pueden clasificarse en:

  • Trastornos obstructivos: Enfermedades como el asma, la EPOC o la bronquitis crónica.
  • Enfermedades restrictivas: Fibrosis pulmonar o enfermedades intersticiales del pulmón que limitan la expansión pulmonar.
  • Infecciones: Neumonía, tuberculosis o infecciones respiratorias agudas.
  • Complicaciones pleurales: Derrame pleural, neumotórax o empiema.
  • Condiciones agudas: Embolia pulmonar o edema pulmonar agudo.

Grados de disnea respiratoria

La disnea respiratoria se clasifica en grados según la escala de disnea de la Medical Research Council (MRC), que evalúa el impacto en las actividades diarias:

  1. Grado 1: Disnea al realizar ejercicio intenso.
  2. Grado 2: Disnea al caminar rápido en terreno llano o al subir una pendiente leve.
  3. Grado 3: Disnea al caminar en terreno llano a un ritmo normal.
  4. Grado 4: Disnea al realizar actividades básicas, como vestirse o comer.
  5. Grado 5: Disnea en reposo.

Diagnóstico de la disnea respiratoria

El diagnóstico de la disnea respiratoria requiere una evaluación exhaustiva que incluye:

  1. Historia clínica: Identificación de antecedentes respiratorios, exposición a factores de riesgo y características de la disnea.
  2. Exploración física: Inspección del patrón respiratorio, auscultación pulmonar y medición de la saturación de oxígeno.
  3. Pruebas de función pulmonar: Espirometría para evaluar volúmenes y capacidades pulmonares.
  4. Imágenes diagnósticas: Radiografías de tórax, tomografía computarizada o ecografía pulmonar.
  5. Pruebas de laboratorio: Gases arteriales para valorar el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.

Tratamiento de la disnea respiratoria

El tratamiento de la disnea respiratoria depende de su causa subyacente e incluye:

  • Broncodilatadores: En casos de asma o EPOC, ayudan a relajar las vías respiratorias.
  • Corticoides: Reducen la inflamación en enfermedades obstructivas o restrictivas.
  • Oxigenoterapia: En pacientes con hipoxemia.
  • Antibióticos: En infecciones bacterianas como neumonía.
  • Rehabilitación pulmonar: Mejora la capacidad funcional y la tolerancia al ejercicio.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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