DICCIONARIO MÉDICO

Dispraxia

Qué es la dispraxia

La dispraxia es un trastorno neurológico caracterizado por la dificultad para planificar y ejecutar movimientos coordinados. A menudo, afecta tanto las habilidades motoras finas como gruesas, así como otras funciones relacionadas con el habla y la coordinación general. La dispraxia, también conocida como trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC), puede manifestarse desde la infancia, pero también es relevante en la población adulta.

Definición de dispraxia

La dispraxia es un trastorno del neurodesarrollo que dificulta la capacidad de una persona para coordinar y planificar movimientos intencionados. Se considera una afección crónica que puede afectar múltiples áreas de la vida diaria, incluidas las habilidades motoras, el lenguaje y la interacción social.

Existen diferentes tipos de dispraxia, dependiendo de las funciones específicas afectadas, lo que la convierte en un trastorno heterogéneo y complejo.

Tipos de dispraxia

La dispraxia puede clasificarse según las áreas del cuerpo y las funciones afectadas:

  • Dispraxia motora: Dificultades para realizar movimientos corporales coordinados.
  • Dispraxia verbal: Dificultad para coordinar los movimientos necesarios para el habla.
  • Dispraxia ideomotora: Problemas para ejecutar movimientos simples en respuesta a comandos verbales.
  • Dispraxia ideacional: Incapacidad para planificar y organizar una secuencia de movimientos complejos.
  • Dispraxia constructiva: Problemas para construir o ensamblar objetos, como en actividades que requieren precisión manual.
  • Dispraxia oral: Dificultades para coordinar los movimientos necesarios para funciones orales, como masticar o soplar.

Síntomas de la dispraxia

Los síntomas de la dispraxia varían según la edad, el tipo de dispraxia y la gravedad del trastorno. Entre los más comunes se encuentran:

En la infancia

  • Dificultad para gatear, caminar o correr: Retrasos en alcanzar hitos motores.
  • Problemas con habilidades motoras finas: Dificultad para usar tijeras, atarse los zapatos o escribir.
  • Habla retrasada: Problemas para articular palabras y frases.

En adultos

  • Coordinación deficiente: Dificultad para realizar tareas físicas, como conducir o practicar deportes.
  • Problemas organizativos: Dificultad para planificar y ejecutar tareas secuenciales.
  • Discapacidad social: Problemas para interpretar señales no verbales y coordinar interacciones.

Dispraxia y otras condiciones asociadas

La dispraxia a menudo se asocia con otras condiciones neurológicas o del desarrollo, como:

  • Dispraxia y autismo: Muchos niños con trastorno del espectro autista presentan dificultades motoras similares a la dispraxia.
  • Dislexia y dispraxia: Puede coexistir con problemas de lectura y procesamiento del lenguaje.
  • Déficit de atención e hiperactividad (TDAH): Frecuente en personas con dispraxia.

Diagnóstico de la dispraxia

El diagnóstico de la dispraxia requiere una evaluación clínica detallada, generalmente llevada a cabo por un equipo multidisciplinario que incluye pediatras, terapeutas ocupacionales y neurólogos. Las herramientas más comunes incluyen:

  1. Evaluaciones motoras: Pruebas específicas para medir la coordinación y el control motor.
  2. Entrevistas clínicas: Revisión del desarrollo motor y cognitivo del paciente.
  3. Pruebas psicológicas: Evaluación de habilidades cognitivas y sociales.

Tratamientos para la dispraxia

El tratamiento de la dispraxia es multidisciplinario y depende de las áreas afectadas. Algunas estrategias incluyen:

Terapias físicas y ocupacionales

  • Terapia ocupacional: Mejora las habilidades motoras finas y la independencia en actividades diarias.
  • Fisioterapia: Fortalece la coordinación motora gruesa.

Terapias del habla y lenguaje

  • Terapia del habla: Ayuda a mejorar la pronunciación y la fluidez verbal.
  • Entrenamiento en habilidades sociales: Apoya la interacción en contextos sociales.

Apoyo educativo

  • Adaptaciones escolares: Programas personalizados para satisfacer las necesidades del aprendizaje.
  • Tecnología asistiva: Uso de herramientas como teclados adaptados.

Ejemplos de dispraxia en la vida diaria

Las dificultades asociadas con la dispraxia pueden manifestarse en actividades comunes, como:

  • Vestirse: Problemas para abotonar camisas o atar cordones.
  • Escribir: Escritura lenta o ilegible.
  • Comer: Uso torpe de utensilios.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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