DICCIONARIO MÉDICO

Distorsión

Qué es la distorsión

El término distorsión en el ámbito médico hace referencia a una alteración, desviación o deformación de estructuras corporales, funciones sensoriales o percepciones. Este concepto puede aplicarse a diversas áreas de la medicina, como la ortopedia, la oftalmología, la neurología y la psicología. Las distorsiones pueden tener causas físicas, sensoriales o cognitivas, y su correcto diagnóstico y tratamiento son esenciales para prevenir complicaciones.

Definición de distorsión en medicina

En medicina, una distorsión se define como una alteración anormal de la forma, función o percepción de una estructura corporal, un sistema sensorial o un proceso cognitivo. Puede incluir desde deformidades físicas, como las distorsiones articulares, hasta alteraciones en la percepción sensorial, como las distorsiones visuales.

Tipos de distorsión

  • Distorsión física: Relacionada con deformidades en estructuras corporales, como articulaciones o tejidos blandos.
  • Distorsión sensorial: Alteración de la percepción en los sentidos, como visión, audición o tacto.
  • Distorsión cognitiva: Patrones de pensamiento alterados que afectan la interpretación de la realidad.

Distorsión en ortopedia

En ortopedia, la distorsión suele referirse a lesiones articulares o de tejidos blandos, generalmente causadas por un estiramiento o torsión excesiva. Estas lesiones pueden incluir:

Distorsión articular

La distorsión articular es una lesión que afecta los ligamentos y tejidos circundantes de una articulación, sin llegar a una dislocación completa. Es común en deportes o actividades físicas intensas. Los síntomas incluyen dolor, hinchazón, pérdida de estabilidad y dificultad para mover la articulación.

Distorsión de tejidos blandos

En los tejidos blandos, las distorsiones pueden manifestarse como esguinces, lesiones musculares o daño en los tendones debido a movimientos bruscos o traumas directos.

Distorsión en oftalmología

En el ámbito ocular, la distorsión visual se refiere a alteraciones en la percepción de imágenes, que pueden ser causadas por problemas en la córnea, el cristalino o la retina. Este tipo de distorsión puede incluir:

  • Astigmatismo: Deformación en la curvatura de la córnea que provoca visión borrosa o distorsionada.
  • Metamorfopsia: Distorsión visual en la que las líneas rectas parecen onduladas o deformadas, asociada a enfermedades como la degeneración macular.
  • Diplopía: Percepción de imágenes dobles debido a problemas en los músculos oculares o en la transmisión nerviosa.

Distorsión en neurología

En neurología, la distorsión puede manifestarse como alteraciones en la percepción sensorial o en la función motora. Algunos ejemplos incluyen:

  • Distorsión del equilibrio: Sensación de inestabilidad o mareo, a menudo causada por disfunciones vestibulares.
  • Alteraciones sensoriales: Percepción anómala de estímulos táctiles o dolorosos, como ocurre en neuropatías periféricas.

Distorsión en psicología

En psicología, las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento erróneos que afectan la interpretación de la realidad. Estas pueden contribuir a trastornos como la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático.

Tipos comunes de distorsiones cognitivas

  • Pensamiento polarizado: Ver las cosas en extremos absolutos, como "todo o nada".
  • Generalización excesiva: Asumir que un evento negativo se repetirá siempre.
  • Catastrofización: Anticipar los peores resultados posibles.

Diagnóstico de distorsiones

El diagnóstico de una distorsión depende de su tipo y localización. Las herramientas utilizadas incluyen:

  • Exploración física: Para evaluar lesiones articulares o musculares.
  • Pruebas de imagen: Como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías para detectar anomalías físicas.
  • Exámenes sensoriales: Para evaluar problemas visuales, auditivos o táctiles.
  • Entrevistas clínicas: Para identificar distorsiones cognitivas y sus efectos en la salud mental.

Tratamiento de las distorsiones

El tratamiento de las distorsiones varía según su causa y gravedad. Las estrategias incluyen:

Tratamiento físico

  • Rehabilitación: Ejercicios físicos y terapias de fortalecimiento para tratar distorsiones articulares.
  • Fármacos: Analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares.

Tratamiento sensorial

  • Corrección visual: Uso de lentes o cirugía refractiva para distorsiones visuales.
  • Rehabilitación vestibular: Terapias específicas para mejorar el equilibrio.

Tratamiento psicológico

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Identificación y corrección de distorsiones cognitivas.
  • Manejo del estrés: Técnicas de relajación y meditación.

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