Dolor visceral

Qué es el dolor visceral

El dolor visceral es un tipo de dolor que se origina en los órganos internos (vísceras) y se percibe de forma profunda y difusa. Este dolor puede resultar difícil de localizar con precisión debido a la menor densidad de receptores de dolor en las vísceras en comparación con otras estructuras corporales. Es un tipo de dolor nociceptivo visceral, que surge por la activación de receptores sensoriales específicos en respuesta a estímulos dañinos como distensión, inflamación o isquemia.

Diferencias entre dolor somático y visceral

El dolor somático y visceral son dos formas principales de dolor nociceptivo que difieren en su origen y percepción:

• Dolor somático: se origina en estructuras como piel, músculos y articulaciones. Suele ser localizado, agudo y bien definido.
• Dolor visceral: proviene de órganos internos y es más difuso, profundo y a menudo se percibe como una molestia generalizada.

Causas del dolor visceral

Las causas del dolor visceral son diversas y pueden implicar diferentes mecanismos fisiopatológicos. Algunas de las más comunes incluyen:

Distensión y tracción

• Distensión de las paredes de órganos huecos como el intestino, el estómago o la vejiga, que activa los receptores nociceptivos.
• Tracción de estructuras viscerales debido a tumores o adherencias.

Inflamación

• Procesos inflamatorios como apendicitis, pancreatitis o enfermedad inflamatoria intestinal.

Isquemia

• Falta de oxígeno en los tejidos viscerales, como en la isquemia mesentérica, que genera un dolor visceral severo.

Espasmos musculares

• Contracciones anómalas de músculos lisos en órganos como el esófago o los conductos biliares.

Dolor visceral abdominal

El dolor visceral abdominal es una de las formas más comunes de dolor visceral. Puede manifestarse por diversas causas, como:

• Gastritis o úlceras gástricas.
• Obstrucción intestinal.
• Cólicos renales o biliares.

Este dolor suele ser percibido como difuso y se localiza en la región central del abdomen, aunque puede ser difícil identificar el órgano específico afectado.

Dolor visceral referido

El dolor visceral referido ocurre cuando el dolor originado en un órgano interno se percibe en una región del cuerpo distante del sitio real de la lesión o inflamación. Esto se debe a la convergencia de fibras nerviosas viscerales y somáticas en la médula espinal. Algunos ejemplos comunes son:

• Dolor en el hombro derecho por inflamación en la vesícula biliar.
• Dolor en la espalda baja por afecciones renales.

Dolor parietal y visceral

El dolor parietal y visceral son términos que describen diferentes tipos de sensaciones dolorosas relacionadas con el abdomen:

• Dolor visceral: difuso y profundo, asociado a la estimulación de receptores en órganos internos.
• Dolor parietal: localizado y agudo, causado por la irritación del peritoneo parietal (revestimiento abdominal).

El dolor parietal generalmente es más fácil de localizar y se exacerba con el movimiento, en contraste con el dolor visceral.

Diagnóstico del dolor visceral

El diagnóstico del dolor visceral requiere un enfoque sistemático que incluya:

• Historia clínica: evaluación de los síntomas, duración, características del dolor y posibles desencadenantes.
• Exploración física: palpación abdominal para identificar áreas de sensibilidad o distensión.
• Pruebas de laboratorio: análisis de sangre para detectar inflamación, infecciones o desequilibrios metabólicos.
• Estudios de imagen: como ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética para visualizar órganos internos.
• Endoscopia: útil en casos de sospecha de enfermedades gastrointestinales.

Tratamiento del dolor visceral

El tratamiento del dolor visceral depende de la causa subyacente. Algunas estrategias comunes incluyen:

Tratamiento farmacológico

• Analgésicos: paracetamol o AINEs para aliviar el dolor.
• Antiespasmódicos: para reducir contracciones musculares en órganos huecos.
• Inhibidores de bomba de protones: en casos de dolor gástrico relacionado con acidez.

Intervenciones específicas

• Cirugía: indicada en casos de apendicitis, obstrucciones o perforaciones.
• Procedimientos endoscópicos: para tratar problemas gastrointestinales como úlceras o pólipos.

Terapias complementarias

• Fisioterapia: útil en algunos casos de dolor abdominal crónico.
• Terapia psicológica: para abordar componentes emocionales que puedan exacerbar el dolor.

El manejo del dolor visceral requiere un enfoque multidisciplinar para garantizar un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado, mejorando así la calidad de vida del paciente.

© Clínica Universidad de Navarra 2023