Qué es una drusa
La drusa es una acumulación de material extracelular que se forma entre la membrana de Bruch y el epitelio pigmentario de la retina en el ojo humano. Estas formaciones están compuestas por lípidos, proteínas y otros residuos metabólicos, y su presencia puede estar asociada con el envejecimiento o con enfermedades oculares, como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
La drusa es una pequeña acumulación amarillenta que se observa en el fondo del ojo durante un examen oftalmológico. Estas estructuras se forman como resultado de procesos metabólicos normales o patológicos que ocurren en la retina. Aunque pequeñas cantidades de drusas pueden considerarse una parte normal del envejecimiento ocular, su acumulación excesiva o su presencia en formas específicas, como las drusas maculares, puede indicar problemas de salud ocular más serios.
Drusa en el ojo
La drusa en el ojo se refiere específicamente a estas formaciones en la retina. Pueden clasificarse según su tamaño, composición y ubicación:
- Drusas blandas: Son más grandes y tienen bordes difusos. Suelen estar asociadas con un mayor riesgo de desarrollar degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
- Drusas duras: Son más pequeñas, con bordes definidos, y generalmente no representan un riesgo significativo para la visión.
- Drusas maculares: Se encuentran específicamente en la mácula, el área central de la retina responsable de la visión detallada. Su presencia puede afectar la calidad de la visión.
Drusa macular
La drusa macular es un tipo de drusa localizada en la mácula, una región crucial para la visión central y detallada. Este tipo de drusa está estrechamente relacionado con la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una enfermedad que puede causar pérdida progresiva de la visión central.
Las características principales de la drusa macular incluyen:
- Afectación de la visión central, con dificultad para leer o realizar tareas que requieren precisión visual.
- Mayor riesgo de progresión a formas avanzadas de DMAE, como la forma seca o húmeda.
- Detectable mediante exámenes oftalmológicos especializados, como la tomografía de coherencia óptica (OCT) o la angiografía con fluoresceína.
Causas de la formación de drusas
La formación de drusas puede estar asociada con varios factores, tanto fisiológicos como patológicos. Entre las principales causas se incluyen:
- Envejecimiento: La presencia de drusas es más común en personas mayores de 60 años debido a cambios metabólicos normales en la retina.
- Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): La acumulación de drusas maculares es uno de los primeros signos de esta enfermedad.
- Factores genéticos: Mutaciones en ciertos genes, como el gen CFH, pueden aumentar la susceptibilidad a la formación de drusas y al desarrollo de DMAE.
- Estrés oxidativo: El daño causado por los radicales libres puede contribuir a la acumulación de residuos metabólicos en la retina.
Diagnóstico de drusas
El diagnóstico de drusas se realiza mediante exámenes oftalmológicos que evalúan la retina y el fondo de ojo. Las herramientas más utilizadas incluyen:
- Oftalmoscopia: Permite visualizar las drusas como depósitos amarillentos en la retina.
- Tomografía de coherencia óptica (OCT): Proporciona imágenes detalladas de las capas de la retina y detecta cambios asociados con drusas maculares.
- Angiografía con fluoresceína: Se utiliza para evaluar la circulación retiniana y detectar complicaciones relacionadas con la DMAE.
Tratamiento y manejo de las drusas
No existe un tratamiento específico para eliminar las drusas, pero el manejo se centra en prevenir su progresión y minimizar el impacto en la visión. Algunas estrategias incluyen:
- Suplementos antioxidantes: Productos que contienen vitaminas C, E, zinc y luteína pueden retrasar la progresión de la DMAE.
- Control de factores de riesgo: Mantener una dieta equilibrada, evitar el tabaquismo y controlar enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes.
- Seguimiento oftalmológico regular: Exámenes frecuentes para monitorear la progresión de las drusas maculares y detectar complicaciones tempranas.
Complicaciones asociadas a las drusas
En algunos casos, la acumulación de drusas puede llevar a complicaciones graves, como:
- Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): La progresión de las drusas maculares puede llevar a pérdida de visión central.
- Atrofia geográfica: Daño irreversible en las células del epitelio pigmentario de la retina.
- DMAE húmeda: Crecimiento anómalo de vasos sanguíneos bajo la retina, causando daño visual severo.
La detección temprana y el manejo adecuado de las drusas son esenciales para prevenir complicaciones y preservar la calidad visual a largo plazo.
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