DICCIONARIO MÉDICO
Fiebre tifoidea
Enfermedad infecciosa cuyo agente etiológico es la Salmonella typhi. Se adquiere por ingestión de agua o de alimentos contaminados con restos fecales, procedentes de un enfermo. Su comienzo es insidioso y se acompaña de un cuadro febril, malestar general, cefalea y anorexia; estos síntomas pueden continuar, con mayor o menor intensidad, durante unas cuatro semanas. La complicación más grave es la perforación intestinal, debida a la ulceración de los folículos linfoides del intestino delgado. El diagnóstico clínico se confirma mediante el aislamiento de la bacteria o mediante el estudio de la presencia de anticuerpos en el suero del paciente, frente a antígenos específicos de la bacteria. El antibiótico más eficaz para su tratamiento es la cloromicetina, pero, por su posible acción tóxica (aplasia medular), se recomienda la administración de los nuevos antibióticos betalactámicos. Los métodos preventivos se basan en la higienización de los suministros de agua y en la destrucción de las materias fecales contaminadas. Las vacunas muertas han sido sustituidas por vacunas preparadas con cepas vivas atenuadas, que se administran por vía oral. La más utilizada es la Ty21a.
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