Qué es la gastritis alcalina
La gastritis alcalina, también conocida como gastropatía alcalina, es una inflamación del revestimiento del estómago causada por el reflujo de bilis desde el duodeno hacia el estómago. Este tipo de gastritis es menos común que otras variantes, pero puede ocasionar molestias significativas y dañar la mucosa gástrica. Se asocia frecuentemente con procedimientos quirúrgicos previos, como gastrectomías, y con trastornos en el vaciamiento gástrico.
Causas de la gastritis alcalina
Las principales causas de la gastritis alcalina incluyen:
- Reflujo biliar: La bilis producida en el hígado regresa al estómago, irritando la mucosa gástrica.
- Procedimientos quirúrgicos: Como la gastrectomía o la cirugía de bypass gástrico, que pueden alterar la anatomía y función normal del estómago.
- Trastornos del vaciamiento gástrico: Como gastroparesia, que facilitan el reflujo de contenido duodenal.
- Uso de medicamentos: Algunos fármacos pueden alterar el pH gástrico y contribuir al daño de la mucosa.
Síntomas de la gastritis alcalina
Los síntomas de la gastritis alcalina suelen ser inespecíficos y pueden solaparse con otros trastornos gastrointestinales. Entre los más comunes se encuentran:
- Dolor abdominal: Localizado en la región epigástrica, especialmente después de las comidas.
- Náuseas y vómitos: A veces con presencia de bilis en el vómito.
- Sensación de plenitud: Incluso después de ingerir pequeñas cantidades de alimentos.
- Reflujo biliar: Sensación de ardor y regurgitación de contenido amargo.
Diagnóstico de la gastritis alcalina
El diagnóstico de la gastritis alcalina requiere una evaluación cuidadosa mediante pruebas clínicas y de imagen:
- Endoscopia digestiva alta: Permite observar directamente la mucosa gástrica y confirmar la presencia de inflamación o daño.
- Biopsias gástricas: Para identificar cambios específicos en la mucosa asociados al reflujo biliar.
- Pruebas de laboratorio: Como análisis de sangre para descartar anemia o inflamación sistémica.
- Estudios de imagen: La gammagrafía hepatobiliar puede ser útil en algunos casos para evaluar el flujo de bilis.
Tratamiento de la gastritis alcalina
El tratamiento de la gastritis alcalina se centra en controlar el reflujo biliar, aliviar los síntomas y proteger la mucosa gástrica.
Opciones farmacológicas
- Protectores gástricos: Como el sucralfato, que forma una barrera protectora sobre la mucosa.
- Ácido ursodesoxicólico: Mejora el flujo biliar y reduce la irritación gástrica.
- Inhibidores de la bomba de protones (IBP): Aunque su efectividad es limitada en el manejo del reflujo biliar, pueden ser útiles para disminuir la secreción ácida.
Intervenciones quirúrgicas
- Reconstrucción quirúrgica: En casos graves, se puede considerar la corrección de anomalías anatómicas mediante cirugía.
- Derivación biliar: Para redirigir el flujo de bilis y prevenir el reflujo hacia el estómago.
Dieta y estilo de vida
- Dieta para la gastritis alcalina: Se recomienda evitar alimentos grasos, picantes y ácidos, y optar por comidas pequeñas y frecuentes.
- Evitar el consumo de alcohol y tabaco: Ambos irritan la mucosa gástrica y agravan el reflujo biliar.
- Elevar la cabecera al dormir: Ayuda a reducir el reflujo biliar nocturno.
Complicaciones de la gastritis alcalina
Si no se trata, la gastritis alcalina puede llevar a complicaciones como:
- Erosiones y úlceras gástricas: Daño significativo en la mucosa que puede ocasionar hemorragias.
- Gastritis crónica: Inflamación persistente con daño progresivo.
- Metaplasia intestinal: Cambios celulares que aumentan el riesgo de cáncer gástrico.
Importancia del manejo médico
Un diagnóstico temprano y un manejo adecuado de la gastritis alcalina son esenciales para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente. El tratamiento debe ser integral e individualizado, considerando la causa subyacente y los síntomas específicos de cada caso.
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