DICCIONARIO MÉDICO

Glóbulo

En medicina, el término glóbulo hace referencia a células de forma redondeada presentes en la sangre, conocidas principalmente como glóbulos rojos y glóbulos blancos. Estas células cumplen funciones vitales para el sistema circulatorio y el sistema inmunológico, desempeñando un papel crucial en el transporte de oxígeno y en la defensa del organismo.

Tipos de glóbulos

Los glóbulos en el cuerpo humano se clasifican en dos tipos principales:

  • Glóbulos rojos o eritrocitos: Se encargan del transporte de oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos.
  • Glóbulos blancos o leucocitos: Participan en la defensa inmunológica y protegen al organismo frente a infecciones y agentes patógenos.

Glóbulos rojos

Los glóbulos rojos, también conocidos como eritrocitos, son células sin núcleo cuya función principal es el transporte de oxígeno a través de la hemoglobina, una proteína rica en hierro que permite la fijación de oxígeno y dióxido de carbono.

Forma de los glóbulos rojos

La forma de los glóbulos rojos es bicóncava, es decir, tienen un centro ligeramente deprimido y bordes más gruesos. Esta morfología les confiere:

  • Mayor superficie: Facilita el intercambio gaseoso eficiente.
  • Flexibilidad: Les permite atravesar los capilares más estrechos sin dañarse.

Tipos de glóbulos rojos

Los glóbulos rojos son uniformes en individuos sanos, pero en ciertas condiciones patológicas pueden aparecer distintos tipos anormales:

  • Microcitos: Glóbulos rojos más pequeños de lo normal, comunes en anemia ferropénica.
  • Macrocitos: Eritrocitos más grandes, asociados a anemias megaloblásticas.
  • Esferocitos: Células esféricas sin la forma bicóncava, presentes en esferocitosis hereditaria.

Glóbulos blancos

Los glóbulos blancos o leucocitos son células del sistema inmunológico cuya principal función es proteger al organismo contra infecciones y cuerpos extraños. Se dividen en distintos tipos, cada uno con un papel específico.

Tipos de glóbulos blancos

Existen varios tipos de glóbulos blancos:

  • Neutrófilos: Encargados de la defensa bacteriana y fúngica, son los más abundantes.
  • Linfocitos: Responsables de la respuesta inmune específica (producción de anticuerpos).
  • Monocitos: Células fagocíticas que eliminan restos celulares.
  • Eosinófilos: Participan en reacciones alérgicas y defensa contra parásitos.
  • Basófilos: Liberan histamina y otras sustancias durante procesos inflamatorios.

Causas de glóbulos blancos altos

El aumento en el número de glóbulos blancos (leucocitosis) puede deberse a:

  • Infecciones: Bacterianas, virales o fúngicas.
  • Inflamaciones: Enfermedades autoinmunes o crónicas.
  • Estrés físico o emocional: Cirugías o traumas.
  • Leucemias: Cánceres de la sangre que producen proliferación anormal de leucocitos.

Causas de glóbulos blancos bajos

La disminución de glóbulos blancos (leucopenia) puede estar causada por:

  • Infecciones virales: VIH, hepatitis o gripe.
  • Trastornos de médula ósea: Aplasia medular.
  • Quimioterapia o radioterapia: Afectan la producción de leucocitos.
  • Enfermedades autoinmunes: Lupus o artritis reumatoide.

Importancia clínica de los glóbulos

La evaluación de los glóbulos, tanto rojos como blancos, es fundamental en el diagnóstico de múltiples condiciones médicas. Las pruebas más comunes incluyen:

  • Hemograma completo: Proporciona el recuento total de glóbulos rojos y blancos.
  • Frotis de sangre periférica: Permite analizar la morfología de las células sanguíneas.

El equilibrio adecuado entre los tipos de glóbulos garantiza un funcionamiento óptimo del organismo, siendo esencial para la oxigenación de los tejidos y la protección frente a infecciones.

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