DICCIONARIO MÉDICO

Glomerulonefritis postinfecciosa

Qué es la glomerulonefritis postinfecciosa

La glomerulonefritis postinfecciosa es una enfermedad renal inflamatoria que ocurre como una complicación secundaria a una infección sistémica, generalmente bacteriana, viral o parasitaria. Esta afección afecta los glomérulos renales, las estructuras responsables de la filtración en los riñones, y puede manifestarse con síntomas como hematuria, proteinuria, hipertensión arterial y en algunos casos, insuficiencia renal aguda.

Glomerulonefritis postinfecciosa aguda

La glomerulonefritis postinfecciosa aguda es la forma más común de presentación. Este tipo de glomerulonefritis ocurre poco tiempo después de una infección bacteriana, como la faringitis estreptocócica o el impétigo, aunque también puede asociarse a infecciones virales y parasitarias.

Causas más comunes

  • Infección estreptocócica: Estreptococo beta-hemolítico del grupo A, principal agente causal.
  • Infecciones virales: Hepatitis B, hepatitis C, y virus de Epstein-Barr.
  • Infecciones parasitarias: Malaria y toxoplasmosis.
  • Infecciones bacterianas no estreptocócicas: Endocarditis bacteriana subaguda.

Esta forma de glomerulonefritis es más frecuente en niños de entre 5 y 15 años, aunque puede afectar a personas de cualquier edad, especialmente a individuos con enfermedades crónicas o inmunosupresión.

Fisiopatología de la glomerulonefritis postinfecciosa

La glomerulonefritis postinfecciosa se desarrolla debido a la formación de complejos inmunes en respuesta a una infección. Estos complejos se depositan en los glomérulos, activando el sistema del complemento y desencadenando una respuesta inflamatoria. Los principales mecanismos implicados son:

  • Depósito de complejos inmunes: Los antígenos infecciosos interactúan con anticuerpos, formando complejos que se depositan en la membrana basal glomerular.
  • Activación del complemento: Genera daño tisular e inflamación al liberar mediadores inflamatorios.
  • Infiltración celular: Presencia de macrófagos y neutrófilos que contribuyen al daño glomerular.

Síntomas de la glomerulonefritis postinfecciosa

La glomerulonefritis postinfecciosa se presenta con una combinación de síntomas que reflejan la alteración en la función de filtración renal. Los signos más característicos incluyen:

  • Hematuria macroscópica: Orina de color rojizo o marrón, conocida como "color cola".
  • Proteinuria: Excreción anormal de proteínas en la orina, generalmente en rango no nefrótico.
  • Edema: Retención de líquidos, más evidente en los párpados y extremidades inferiores.
  • Hipertensión arterial: Elevación de la presión arterial, a menudo transitoria.
  • Oliguria: Disminución en la producción de orina.
  • Fatiga y malestar general: Asociados a la acumulación de toxinas en la sangre.

Diagnóstico de la glomerulonefritis postinfecciosa

El diagnóstico de la glomerulonefritis postinfecciosa se realiza mediante la evaluación clínica y pruebas de laboratorio que confirman el daño renal y su relación con una infección reciente. Las principales herramientas diagnósticas incluyen:

Pruebas de laboratorio

  • Análisis de orina: Hematuria, proteinuria y cilindros celulares.
  • Pruebas serológicas: Niveles elevados de anticuerpos antiestreptolisina O (ASO) y reducción de complemento C3.
  • Función renal: Incremento de creatinina sérica y urea.

Biopsia renal

En casos atípicos o severos, la biopsia renal puede ser necesaria, mostrando proliferación endocapilar y depósitos subepiteliales ("jorobas") en la microscopía electrónica.

Tratamiento de la glomerulonefritis postinfecciosa

El tratamiento de la glomerulonefritis postinfecciosa se centra en el manejo de los síntomas y la prevención de complicaciones, ya que esta condición suele resolverse de forma espontánea en la mayoría de los casos. Las principales estrategias terapéuticas son:

Manejo general

  • Reposo: Para reducir la carga metabólica sobre los riñones.
  • Dieta baja en sal: Para controlar el edema y la hipertensión.

Tratamiento farmacológico

  • Antibióticos: Erradicación de la infección subyacente, generalmente con penicilina.
  • Diuréticos: Para aliviar el edema y controlar la hipertensión.
  • Antihipertensivos: Como inhibidores de la ECA o bloqueadores de los canales de calcio.

Complicaciones severas

  • Insuficiencia renal aguda: Puede requerir soporte con diálisis.
  • Hipertensión persistente: Manejo agresivo para prevenir daños cardiovasculares.

Pronóstico de la glomerulonefritis postinfecciosa

El pronóstico de la glomerulonefritis postinfecciosa es generalmente favorable, especialmente en niños, quienes suelen recuperarse completamente en semanas o meses. En adultos, la recuperación puede ser más lenta, y existe un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia renal crónica o hipertensión a largo plazo.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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