DICCIONARIO MÉDICO

Hernia incarcerada

La hernia incarcerada es una condición médica en la que el contenido herniado, como una porción de intestino, grasa o tejido, queda atrapado en un defecto de la pared abdominal sin posibilidad de regresar a su posición normal. Este tipo de hernia representa una complicación que puede llevar a problemas graves si no se trata a tiempo, ya que el atrapamiento puede progresar a una hernia estrangulada, comprometiendo la irrigación sanguínea y causando necrosis del tejido afectado.

Qué es la hernia incarcerada

La hernia incarcerada es un tipo de hernia complicada en la que el contenido herniado queda atrapado dentro del saco herniario debido a un estrechamiento en el defecto de la pared abdominal. Aunque el flujo sanguíneo inicial hacia el contenido atrapado no se ve afectado, la incarceración impide su reducción manual, lo que puede conducir a síntomas progresivos como dolor y obstrucción intestinal.

Causas de la hernia incarcerada

Existen diversos factores que contribuyen al desarrollo de una hernia incarcerada. Estas causas incluyen:

  • Aumento de la presión intraabdominal: Asociado con actividades como levantar objetos pesados, tos crónica o esfuerzo excesivo durante la defecación.
  • Defectos en la pared abdominal: Como los presentes desde el nacimiento o adquiridos a lo largo de la vida.
  • Retraso en el tratamiento: Hernias que no se corrigen quirúrgicamente tienen mayor riesgo de incarceración.

Síntomas de la hernia incarcerada

Los síntomas de una hernia incarcerada varían dependiendo de su localización y grado de severidad. Entre los principales síntomas se incluyen:

  • Bulto herniario irreductible: Un bulto que no se puede empujar hacia el interior del abdomen.
  • Dolor abdominal: Persistente e intenso, especialmente al realizar esfuerzo físico.
  • Náuseas y vómitos: Indicativos de obstrucción intestinal en casos avanzados.
  • Distensión abdominal: Acompañada de dificultad para evacuar o expulsar gases.

Diagnóstico de la hernia incarcerada

El diagnóstico de una hernia incarcerada requiere una evaluación clínica exhaustiva y, en algunos casos, estudios de imagen. Las principales herramientas diagnósticas incluyen:

  • Examen físico: Identificación de un bulto doloroso e irreductible.
  • Ecografía: Útil para visualizar el contenido herniado y descartar estrangulación.
  • Tomografía computarizada (TC): Proporciona imágenes detalladas del área afectada, confirmando la incarceración y evaluando el riesgo de complicaciones.

Tratamiento de la hernia incarcerada

El tratamiento de una hernia incarcerada es quirúrgico y debe realizarse de forma urgente para evitar complicaciones graves como la estrangulación. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Reducción manual: En casos seleccionados y bajo supervisión médica.
  • Cirugía de emergencia: Reparación del defecto herniario mediante técnicas abiertas o laparoscópicas, utilizando mallas para reforzar la pared abdominal.

Si se observa necrosis del contenido herniado, será necesaria la resección del tejido afectado.

Complicaciones de la hernia incarcerada

Las complicaciones derivadas de una hernia incarcerada pueden incluir:

  • Hernia estrangulada: Compromiso del flujo sanguíneo que lleva a la necrosis del tejido.
  • Obstrucción intestinal: Que puede requerir intervención quirúrgica inmediata.
  • Peritonitis: Inflamación del revestimiento abdominal debido a perforación intestinal.

Cuándo acudir al médico

Debe buscar atención médica inmediata si presenta:

  • Dolor intenso: Especialmente en la región herniaria.
  • Náuseas, vómitos o fiebre: Signos de obstrucción o complicaciones graves.
  • Bulto irreductible: Que no desaparece al recostarse o al intentar empujar hacia el interior.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es la diferencia entre una hernia incarcerada y una estrangulada?

La hernia incarcerada implica atrapamiento sin afectación inicial del flujo sanguíneo, mientras que la estrangulada compromete la irrigación, llevando a isquemia y necrosis.

¿La hernia incarcerada siempre requiere cirugía?

En la mayoría de los casos, sí. Aunque la reducción manual puede ser posible en situaciones específicas, la cirugía es necesaria para prevenir complicaciones.

¿Qué tan común es la incarceración en hernias?

La incidencia varía según el tipo de hernia y su tamaño. Hernias grandes o no tratadas tienen mayor riesgo de incarceración.

¿Cómo se previene una hernia incarcerada?

El tratamiento oportuno de hernias no complicadas y evitar factores de riesgo como esfuerzo físico excesivo o tos crónica son medidas preventivas clave.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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