DICCIONARIO MÉDICO

Hipoprosexia

La hipoprosexia es una alteración de la atención caracterizada por una disminución significativa de la capacidad de concentrarse en estímulos internos o externos. Este trastorno puede manifestarse como una incapacidad para mantener la atención de forma sostenida, dificultando las actividades cotidianas, laborales y sociales. La hipoprosexia suele estar asociada a diversas condiciones médicas y psicológicas, como trastornos neurológicos, psiquiátricos y enfermedades metabólicas.

Qué es la hipoprosexia

El término hipoprosexia proviene del griego: "hipo-", que significa disminución, y "prosexia", que se refiere a la atención. Se define como una reducción significativa en la capacidad de atención, tanto en intensidad como en duración. Esta condición afecta la capacidad de una persona para procesar información de manera eficiente, lo que puede repercutir en su desempeño funcional y calidad de vida.

Tipos de atención afectados

  • Atención sostenida: dificultad para mantener el foco en una tarea durante un período prolongado.
  • Atención selectiva: problemas para filtrar estímulos irrelevantes mientras se enfoca en uno principal.
  • Atención alternante: incapacidad para cambiar entre tareas de manera eficiente.

Causas de la hipoprosexia

Las causas de la hipoprosexia son variadas y pueden clasificarse en dos grandes grupos: causas primarias, relacionadas directamente con el sistema nervioso, y causas secundarias, asociadas a factores externos o trastornos subyacentes.

Causas neurológicas

  • Lesiones cerebrales traumáticas.
  • Enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson.
  • Accidentes cerebrovasculares (ACV).

Causas psiquiátricas

  • Trastornos de ansiedad.
  • Depresión mayor.
  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Otros factores

  • Fatiga crónica o estrés prolongado.
  • Uso de sustancias psicoactivas.
  • Deficiencias nutricionales, como falta de vitamina B12.

Síntomas de la hipoprosexia

Los síntomas de la hipoprosexia pueden variar en intensidad y presentación, dependiendo de la causa subyacente:

  • Falta de concentración en tareas simples o complejas.
  • Dificultad para seguir conversaciones o instrucciones.
  • Tendencia a distraerse fácilmente por estímulos irrelevantes.
  • Problemas para alternar entre diferentes actividades.

Diagnóstico de la hipoprosexia

El diagnóstico de la hipoprosexia requiere una evaluación médica y psicológica exhaustiva. Las herramientas diagnósticas incluyen:

  • Historia clínica detallada para identificar posibles causas subyacentes.
  • Pruebas neuropsicológicas para evaluar la atención y otras funciones cognitivas.
  • Estudios de imagen, como resonancia magnética, en casos de sospecha de daño cerebral.

Tratamiento de la hipoprosexia

El tratamiento de la hipoprosexia depende de la causa identificada y puede incluir:

Intervenciones farmacológicas

  • Medicamentos para tratar trastornos subyacentes, como antidepresivos o ansiolíticos.
  • Estimulantes en casos de TDAH.

Terapias no farmacológicas

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC).
  • Técnicas de mindfulness y manejo del estrés.
  • Rehabilitación neuropsicológica en casos de daño cerebral.

Cuándo acudir al médico

Es recomendable buscar atención médica si:

  • La dificultad para concentrarse interfiere con las actividades diarias.
  • Se presentan síntomas adicionales, como pérdida de memoria o cambios de humor.
  • La hipoprosexia surge de manera repentina o se agrava con el tiempo.

Preguntas frecuentes

¿La hipoprosexia es un trastorno permanente?

Depende de la causa subyacente. En muchos casos, es reversible con tratamiento adecuado.

¿Cómo se diferencia la hipoprosexia de otros trastornos de atención?

La hipoprosexia se caracteriza específicamente por una disminución de la capacidad atencional, mientras que otros trastornos pueden incluir hiperactividad o impulsividad.

¿Se puede prevenir la hipoprosexia?

Mantener un estilo de vida saludable, controlar el estrés y tratar condiciones médicas subyacentes son estrategias clave para prevenir su aparición.

¿Qué ejercicios pueden ayudar a mejorar la atención?

Ejercicios de entrenamiento cognitivo, meditación y actividades como rompecabezas pueden ser útiles para fortalecer la atención.

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