DICCIONARIO MÉDICO

Mancha mongólica

La mancha mongólica es una hiperpigmentación congénita de la piel que aparece al nacer o durante los primeros meses de vida. Se caracteriza por ser una marca azulada o grisácea, generalmente localizada en la región lumbosacra. Este fenómeno es común en ciertas etnias y suele desaparecer de manera espontánea en la infancia sin requerir tratamiento.

Qué es la mancha mongólica

La mancha mongólica, también conocida como melanocitosis dérmica congénita, es una alteración benigna que ocurre debido a la acumulación de melanocitos en la dermis profunda. Estas células, responsables de la pigmentación de la piel, quedan atrapadas durante el desarrollo fetal, lo que genera el color característico de esta marca.

Aunque no representa un problema médico, la mancha mongólica puede generar preocupación en los padres al ser confundida con signos de trauma o enfermedad. Es fundamental diferenciarla de otras afecciones dermatológicas para evitar confusiones.

Causas de la mancha mongólica

La aparición de la mancha mongólica se debe a la migración incompleta de los melanocitos desde la cresta neural hacia la epidermis durante el desarrollo embrionario. Esto provoca la acumulación de melanocitos en la dermis profunda.

Algunos factores asociados incluyen:

  • Factores genéticos: Su incidencia es mayor en ciertos grupos étnicos, como asiáticos, africanos y latinoamericanos.
  • Herencia: Aunque no se hereda de forma directa, puede observarse una predisposición familiar.
  • Variabilidad étnica: Su prevalencia es significativamente menor en poblaciones caucásicas.

Características clínicas

Localización

La mancha mongólica se encuentra típicamente en la región lumbosacra, aunque también puede aparecer en otras áreas, como los glúteos, los muslos o los hombros.

Aspecto

Su apariencia es plana, de color azul grisáceo, y puede variar en tamaño desde pocos milímetros hasta varios centímetros. Las bordes son generalmente indefinidos.

Evolución

La mancha mongólica es transitoria. En la mayoría de los casos, comienza a desvanecerse durante la infancia y desaparece completamente antes de la adolescencia.

Diagnóstico

El diagnóstico de la mancha mongólica es clínico, basado en su localización, color y aspecto. No requiere pruebas adicionales, aunque en casos atípicos puede ser necesario diferenciarla de otras afecciones dermatológicas como:

  • Hematomas: Especialmente en casos sospechosos de abuso infantil.
  • Melanosis dérmica: Un trastorno que puede estar asociado a enfermedades sistémicas.

Cuándo acudir al médico

Aunque la mancha mongólica es una condición benigna, es importante consultar al médico en los siguientes casos:

  • Persistencia en la adultez: Podría requerir evaluación dermatológica.
  • Cambio de apariencia: Si el tamaño, color o bordes se modifican, se debe descartar una patología subyacente.
  • Asociación con otras lesiones: Puede ser indicativa de una condición sistémica.

Precauciones

No se requiere tratamiento específico para la mancha mongólica, pero es importante documentarla durante el examen físico neonatal para evitar malentendidos, como sospechas de trauma. En casos excepcionales, puede ser necesario realizar un seguimiento si se asocia con otras condiciones médicas.

Preguntas frecuentes sobre la mancha mongólica

¿Es permanente la mancha mongólica?

En la mayoría de los casos, la mancha mongólica desaparece durante la infancia, generalmente antes de los 10 años. Sin embargo, en raras ocasiones puede persistir en la adultez.

¿Está relacionada con alguna enfermedad?

No, la mancha mongólica es una condición benigna y no está asociada a ninguna enfermedad. Sin embargo, si se observan múltiples lesiones o características atípicas, es importante realizar una evaluación médica.

¿Requiere tratamiento la mancha mongólica?

No, la mancha mongólica no requiere tratamiento, ya que desaparece de manera espontánea. En casos excepcionales, puede considerarse la remoción por razones estéticas mediante láser dermatológico.

¿Es común en todas las etnias?

No, la mancha mongólica es más común en poblaciones de origen asiático, africano y latinoamericano, y menos frecuente en personas caucásicas.

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