DICCIONARIO MÉDICO

Manitol

El manitol es un compuesto químico clasificado como un alcohol de azúcar, ampliamente utilizado en la medicina como diurético osmótico. Se emplea principalmente en tratamientos donde es necesario reducir la presión intracraneal o intraocular, mejorar la función renal en ciertas condiciones y prevenir la insuficiencia renal aguda en situaciones específicas. Su capacidad para modificar la osmolaridad lo convierte en un medicamento esencial en emergencias médicas y cuidados intensivos.

El manitol es administrado mayoritariamente por vía endovenosa en entornos hospitalarios, ya que su acción rápida y controlada es crucial en escenarios clínicos críticos. Su versatilidad y efectividad han hecho que sea una herramienta fundamental en múltiples especialidades médicas.

Qué es el manitol

El manitol es un compuesto orgánico con propiedades osmóticas que se utiliza como medicamento en diversas aplicaciones médicas. Se trata de un agente que, al administrarse por vía intravenosa, actúa modificando la osmolaridad del plasma, promoviendo el paso de agua desde los tejidos hacia los vasos sanguíneos. Esto lo convierte en una solución efectiva para disminuir la acumulación de líquidos en áreas específicas del cuerpo, como el cerebro y los ojos.

El manitol también se usa para evaluar la función renal y mejorar la diuresis en pacientes con insuficiencia renal aguda. Además, tiene aplicaciones en procedimientos quirúrgicos y diagnósticos que requieren la manipulación de los niveles de presión y osmolaridad.

Para qué sirve el manitol

El manitol tiene múltiples usos terapéuticos, destacándose en los siguientes escenarios:

  • Reducción de la presión intracraneal: En pacientes con edema cerebral debido a traumatismos craneoencefálicos, hemorragias o tumores.
  • Disminución de la presión intraocular: En casos de glaucoma agudo o previo a cirugías oftalmológicas.
  • Diuresis forzada: Para eliminar toxinas en intoxicaciones específicas o prevenir la insuficiencia renal aguda.
  • Evaluación de la función renal: Como prueba diagnóstica para medir la capacidad de filtración glomerular.

Cómo se administra el manitol

El manitol se administra principalmente por vía intravenosa debido a su alta osmolaridad y la necesidad de controlar su efecto. Los pasos generales para su administración son los siguientes:

  • Vía endovenosa: Se infunde mediante un catéter venoso central o periférico, generalmente bajo monitoreo médico continuo.
  • Concentración: Las soluciones de manitol suelen tener concentraciones del 10% al 25%, seleccionadas según las necesidades del paciente.
  • Velocidad de infusión: La administración debe ser lenta para evitar complicaciones como deshidratación excesiva o alteraciones electrolíticas.

El médico ajustará la dosis y la frecuencia según la condición clínica del paciente y el objetivo terapéutico.

Farmacodinamia del manitol

El manitol actúa como un diurético osmótico, aumentando la osmolaridad del plasma y de los líquidos intersticiales. Esto provoca un movimiento de agua desde los tejidos hacia los vasos sanguíneos, reduciendo la acumulación de líquidos en áreas como el cerebro o los ojos.

En los riñones, el manitol se filtra libremente a través del glomérulo y no se reabsorbe en los túbulos renales, aumentando la excreción de agua y sodio. Esto lo convierte en un diurético efectivo, particularmente en situaciones donde es necesario proteger la función renal o reducir el volumen de líquidos corporales.

Efectos adversos del manitol

Aunque el manitol es generalmente seguro bajo supervisión médica, puede ocasionar efectos adversos, especialmente si se administra incorrectamente o en dosis excesivas:

  • Alteraciones electrolíticas: Hiponatremia o hipernatremia debido a cambios en el equilibrio de líquidos.
  • Deshidratación: Como resultado de la diuresis excesiva.
  • Hipotensión: Por la reducción rápida del volumen intravascular.
  • Reacciones alérgicas: Aunque raras, pueden incluir erupciones cutáneas o dificultad para respirar.
  • Insuficiencia cardíaca: En pacientes con predisposición, debido al aumento temporal de la carga vascular.

El monitoreo médico es esencial para minimizar estos riesgos y garantizar el uso seguro del manitol.

Cuándo acudir al médico

Es fundamental buscar atención médica en las siguientes situaciones:

  • Síntomas de deshidratación severa, como sequedad extrema de la piel, mareos o confusión.
  • Alteraciones urinarias significativas, como disminución drástica de la producción de orina.
  • Signos de reacción alérgica, como hinchazón facial, dificultad para respirar o urticaria.
  • Dolor en el pecho o sensación de opresión torácica durante la infusión de manitol.

Un seguimiento médico adecuado puede prevenir complicaciones graves y garantizar la seguridad del tratamiento.

Preguntas frecuentes sobre el manitol

¿Para qué se utiliza el manitol principalmente?

El manitol se utiliza principalmente para reducir la presión intracraneal en casos de edema cerebral, disminuir la presión intraocular en glaucoma agudo y mejorar la diuresis en insuficiencia renal aguda.

¿Cómo se administra el manitol?

El manitol se administra por vía intravenosa bajo estricta supervisión médica. La dosis y la velocidad de infusión se ajustan según las necesidades clínicas del paciente.

¿Cuáles son los efectos adversos más comunes del manitol?

Algunos efectos adversos incluyen deshidratación, alteraciones electrolíticas, hipotensión y, en casos raros, reacciones alérgicas o insuficiencia cardíaca en pacientes predispuestos.

¿El manitol se utiliza en pacientes con insuficiencia renal?

Sí, en algunos casos específicos, el manitol puede ser útil para estimular la diuresis y prevenir el daño renal adicional. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente monitorizado.

¿Puede el manitol causar deshidratación severa?

Sí, si no se administra adecuadamente o sin monitoreo, el manitol puede provocar deshidratación severa debido a su potente efecto diurético osmótico.

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