Neumonía por aspiración

La neumonía por aspiración es una infección pulmonar que ocurre cuando contenido de la cavidad oral, el estómago o el esófago es aspirado hacia los pulmones, llevando consigo bacterias, partículas alimenticias, ácido gástrico o secreciones. Esta condición puede ser potencialmente grave y requiere un tratamiento médico adecuado y oportuno.

Qué es la neumonía por aspiración

La neumonía por aspiración es una inflamación e infección del tejido pulmonar causada por la entrada accidental de material extraño en las vías respiratorias. Este material puede incluir alimentos, líquidos, saliva o contenido gástrico. Es más frecuente en pacientes con alteraciones del reflejo de deglución, trastornos neurológicos o aquellos bajo sedación o intubación.

Causas de la neumonía por aspiración

Las principales causas de la neumonía por aspiración incluyen:

Disfagia: dificultad para tragar, común en pacientes con enfermedades neurológicas como el ictus o la esclerosis lateral amiotrófica.
Reflujo gastroesofágico: el ácido gástrico puede entrar en las vías respiratorias durante episodios severos.
Estado de sedación o inconsciencia: como en pacientes anestesiados o con intoxicación por alcohol o drogas.
Trastornos de la motilidad esofágica: como la acalasia o el esclerodermia.

Síntomas de la neumonía por aspiración

Los síntomas de la neumonía por aspiración pueden variar en gravedad y incluyen:

Tos persistente: especialmente después de comer o beber.
Fiebre: acompañada de escalofríos.
Dificultad para respirar: o disnea.
Dolor torácico: especialmente durante la inspiración profunda.
Esputo purulento: en algunos casos, con sangre.
Fatiga y debilidad general: debido al esfuerzo respiratorio.

Diagnóstico

El diagnóstico de la neumonía por aspiración incluye:

Historia clínica: identificación de factores de riesgo como disfagia o episodios previos de aspiración.
Exploración física: hallazgos como estertores crepitantes o disminución de ruidos respiratorios.
Radiografía de tórax: para detectar infiltrados pulmonares en zonas dependientes, como los lóbulos inferiores.
Análisis microbiológico: del esputo para identificar el agente causal.

Tratamiento

El tratamiento de la neumonía por aspiración incluye:

Antibióticos: de amplio espectro para cubrir bacterias anaerobias y aerobias.
Oxigenoterapia: en caso de hipoxemia.
Terapia respiratoria: para facilitar la eliminación de secreciones.
Cuidados nutricionales: como la colocación de una sonda nasogástrica en pacientes con disfagia severa.

Complicaciones de la neumonía por aspiración

Si no se trata adecuadamente, la neumonía por aspiración puede causar complicaciones graves como:

Absceso pulmonar: acumulación de pus en el tejido pulmonar.
Derrame pleural: acumulación de líquido en la cavidad pleural.
Sepsis: diseminación de la infección a todo el organismo.

Cuándo acudir al médico

Es fundamental buscar atención médica si se presentan:

Dificultad respiratoria severa: o sensación de asfixia.
Fiebre alta persistente: acompañada de escalofríos.
Cambios en el estado mental: como confusión o somnolencia.

Precauciones

Para prevenir la neumonía por aspiración, se recomienda:

Evitar acostarse inmediatamente después de comer: especialmente en pacientes con reflujo gastroesofágico.
Terapia de deglución: para pacientes con disfagia.
Higiene oral adecuada: para reducir la carga bacteriana en la cavidad oral.

Preguntas frecuentes sobre la neumonía por aspiración

¿La neumonía por aspiración es contagiosa?

No, esta condición no se transmite de persona a persona. Es causada por la aspiración de material extraño hacia los pulmones.

¿Cuánto tiempo dura el tratamiento de la neumonía por aspiración?

El tratamiento suele durar entre 10 y 14 días, dependiendo de la gravedad de la infección y la respuesta a los antibióticos.

¿Qué pacientes tienen mayor riesgo de desarrollar neumonía por aspiración?

Aquellos con disfagia, enfermedades neurológicas, reflujo gastroesofágico o que están bajo sedación o anestesia prolongada.

¿La neumonía por aspiración requiere hospitalización?

En casos graves o en pacientes con comorbilidades significativas, puede requerirse hospitalización para tratamiento intensivo y monitoreo.