DICCIONARIO MÉDICO

Oído interno

¿Qué es el oído interno?

El oído interno es una estructura anatómicamente compleja y funcionalmente sofisticada, esencial para dos capacidades humanas fundamentales: la audición y el equilibrio. Ubicado en el hueso temporal del cráneo, este órgano no solo convierte las ondas sonoras en señales eléctricas que el cerebro interpreta como sonido, sino que también juega un papel crucial en la percepción de la orientación y el movimiento del cuerpo, ayudando a mantener el equilibrio.

Anatómicamente, el oído interno se divide en dos partes principales: la cóclea, que es responsable de la audición, y el sistema vestibular, que regula el equilibrio. La cóclea es una estructura en forma de caracol, llena de líquido, que contiene miles de células ciliadas sensibles al sonido. Estas células ciliadas se activan por las vibraciones transmitidas desde el oído medio a través de la ventana oval. Al moverse, las células ciliadas convierten estas vibraciones mecánicas en impulsos eléctricos que se envían al cerebro a través del nervio auditivo, permitiendo la percepción del sonido.

El sistema vestibular, por otro lado, consta de tres canales semicirculares y dos órganos otolíticos: el sáculo y el utrículo. Los canales semicirculares detectan los movimientos rotacionales de la cabeza, mientras que los órganos otolíticos son sensibles a los movimientos lineales y a los cambios en la posición de la cabeza respecto a la gravedad. Juntos, estos componentes del sistema vestibular envían información al cerebro sobre la orientación y el movimiento del cuerpo, lo que permite mantener el equilibrio y la estabilidad visual durante el movimiento.

Las enfermedades y trastornos del oído interno pueden afectar tanto la audición como el equilibrio, y pueden manifestarse de diversas formas, incluyendo pérdida de audición neurosensorial, vértigo, tinnitus (zumbido en los oídos) y enfermedad de Ménière, entre otros. Estas condiciones pueden ser el resultado de factores genéticos, infecciones, traumatismos, exposición a ruidos fuertes, envejecimiento, y enfermedades sistémicas que afectan la circulación sanguínea en el oído interno.

El diagnóstico de las afecciones del oído interno implica una combinación de evaluación clínica, pruebas audiológicas y vestibulares, y, en algunos casos, estudios de imagen como la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC). Estas pruebas ayudan a identificar la causa subyacente de los síntomas y a determinar el tratamiento más apropiado, que puede variar desde terapias de rehabilitación vestibular, uso de audífonos o implantes cocleares, hasta intervenciones quirúrgicas en casos seleccionados.

El tratamiento de los trastornos del oído interno requiere un enfoque multidisciplinar, involucrando a especialistas en Otorrinolaringología, audiología y, en algunos casos, neurología y fisioterapia. El objetivo es aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida del paciente y, cuando sea posible, restaurar la función auditiva y el equilibrio.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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