DICCIONARIO MÉDICO
Osteosíntesis
La osteosíntesis es una técnica quirúrgica fundamental en el campo de la Traumatología y la Cirugía Ortopédica, destinada a la estabilización y unión de fragmentos óseos tras una fractura, osteotomía o para la fijación de implantes. La meta principal de este procedimiento es restaurar la anatomía del hueso afectado, permitiendo una recuperación funcional óptima y la pronta rehabilitación del paciente. Este método ha revolucionado el tratamiento de las lesiones óseas, ofreciendo resultados significativamente mejores en comparación con los métodos tradicionales de inmovilización con yesos o férulas, que limitan la movilidad y prolongan el tiempo de recuperación. La osteosíntesis puede clasificarse según diversos criterios, incluyendo el tipo de implante utilizado, la técnica quirúrgica aplicada y el objetivo específico del procedimiento. En términos de implantes, los más comunes incluyen placas metálicas, tornillos, clavos intramedulares, alambres y fijadores externos. Cada uno de estos dispositivos tiene sus indicaciones específicas, ventajas y limitaciones, siendo seleccionados en función del tipo de fractura, la localización, la edad del paciente, la calidad ósea, y otros factores relevantes. Desde el punto de vista técnico, la osteosíntesis puede realizarse mediante técnicas abiertas o mínimamente invasivas. La técnica abierta requiere una exposición amplia del sitio de la fractura, lo que facilita la manipulación directa de los fragmentos óseos para su correcta alineación y fijación. Por otro lado, las técnicas mínimamente invasivas, como la cirugía percutánea, limitan la disección de los tejidos y reducen el riesgo de complicaciones postoperatorias, aunque requieren una mayor habilidad y experiencia por parte del cirujano, así como el uso de tecnología avanzada para la visualización del procedimiento. La elección del método de osteosíntesis depende no solo de las características de la fractura sino también de los objetivos terapéuticos. Por ejemplo, en las fracturas complejas, el objetivo puede ser lograr una estabilidad óptima que permita la movilización temprana del paciente, mientras que en otras situaciones, se puede buscar preservar el aporte vascular al hueso para fomentar una pronta consolidación ósea. El proceso de osteosíntesis comienza con una evaluación detallada del paciente, incluyendo el historial médico, una exploración física y el uso de estudios de imagen como radiografías, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) para determinar la extensión de la lesión y planificar el abordaje quirúrgico. Una vez en quirófano, el cirujano procede a alinear los fragmentos óseos y a fijarlos en su posición correcta utilizando los implantes seleccionados. La precisión en este paso es crucial para asegurar la correcta biomecánica del hueso y evitar complicaciones a largo plazo. Tras la intervención, el seguimiento postoperatorio es esencial para evaluar la evolución del paciente, la consolidación de la fractura y la funcionalidad del miembro afectado. Este seguimiento incluye controles clínicos y radiológicos periódicos, así como un plan de rehabilitación adaptado a las necesidades individuales del paciente, que juega un papel fundamental en la recuperación de la movilidad y la fuerza muscular. La osteosíntesis, como procedimiento, implica riesgos y complicaciones potenciales, aunque relativamente raros cuando es realizada por equipos quirúrgicos experimentados. Entre estas complicaciones se incluyen infecciones, fallo de la consolidación ósea (pseudoartrosis), reacciones alérgicas a los materiales de los implantes, y daños a estructuras anatómicas adyacentes. La selección cuidadosa de los pacientes, una técnica quirúrgica meticulosa y un seguimiento postoperatorio adecuado son fundamentales para minimizar estos riesgos. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la osteosintesis?
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