DICCIONARIO MÉDICO
Otoconias
El término otoconias, que deriva de las palabras griegas "otos", que significa oído, y "konos", que significa polvo, representa unas estructuras microscópicas que juegan un papel crucial en el equilibrio humano. Ubicadas en el sistema vestibular del oído interno, específicamente en los órganos otolíticos que son el utrículo y el sáculo, las otoconias son partículas minerales de bicarbonato de calcio que cumplen una función esencial en nuestra capacidad para percibir el movimiento y mantener la estabilidad. Con un tamaño de aproximadamente 0,5 a 30 micrómetros, estas diminutas partículas parecen granos de arena y están adheridas a una capa de gelatina ubicada en la superficie de las células sensoriales de los órganos otolíticos. La capa de gelatina, o membrana otolítica, y las otoconias forman el denominado complejo otolítico. Este se ve afectado por la fuerza de gravedad y el movimiento de la cabeza, y provoca que las células sensoriales del oído interno detecten estos cambios y envíen la información al cerebro para su interpretación. De esta forma, las otoconias son vitales para la generación de respuestas reflejas que permiten mantener el equilibrio y la orientación espacial. Las otoconias son responsables del sentido de la gravedad y de la aceleración lineal, incluyendo la aceleración y deceleración que experimentamos al movernos en un vehículo. La importancia de su funcionamiento adecuado es notable si consideramos la vertiginosa cantidad de actividades diarias que requieren de un sentido del equilibrio afinado, desde levantarnos de la cama hasta realizar movimientos precisos durante las actividades laborales o deportivas. No obstante, en algunas ocasiones, las otoconias pueden desplazarse de su ubicación normal en el utrículo o el sáculo, un trastorno que se denomina "vértigo posicional paroxístico benigno" (VPPB). El VPPB es una de las causas más comunes de vértigo, y es provocado por la migración de las otoconias hacia los canales semicirculares del oído interno. Esta afección, aunque suele ser breve, puede generar síntomas desagradables como mareos intensos, náuseas e inestabilidad. Existen varios tratamientos para el VPPB, la mayoría de los cuales implican la realización de maniobras terapéuticas con el objetivo de reubicar las otoconias desplazadas. Entre estas se encuentran la maniobra de Epley y la de Semont, que son ejercicios de movimiento de cabeza diseñados para mover las otoconias fuera de los canales semicirculares y de regreso al utrículo, donde no causan síntomas. En raras ocasiones, las otoconias pueden desprenderse completamente y flotar libremente en los fluidos del oído interno, causando lo que se conoce como "dehiscencia de canal semicircular superior", una afección que puede provocar vértigo y desequilibrio crónico. Además, se ha observado que con el envejecimiento, las otoconias pueden degenerar y perder su función, lo que puede contribuir a la disminución de la capacidad de equilibrio en las personas mayores y aumentar el riesgo de caídas. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué son las otoconias?