DICCIONARIO MÉDICO

Pasivo-agresivo

¿Qué es pasivo-agresivo?

El comportamiento pasivo-agresivo es un patrón de actitud y acciones caracterizado por una resistencia indirecta a las demandas de otros y un comportamiento hostil encubierto. En el ámbito médico, especialmente en Psicología y Psiquiatría, es reconocido como un modo de comportamiento problemático que puede tener un impacto significativo en las relaciones interpersonales, la salud mental y la calidad de vida del individuo.

Este tipo de comportamiento incluye acciones como la procrastinación deliberada, la resistencia terca, la hostilidad velada y el incumplimiento sutil de las tareas requeridas. A menudo, las personas que exhiben comportamiento pasivo-agresivo expresan su ira y hostilidad de manera indirecta y a través de actitudes negativas. Esta forma de comportamiento puede ser una respuesta a situaciones de estrés, conflictos emocionales no resueltos o como mecanismo de defensa para evitar la confrontación directa.

En términos clínicos, el comportamiento pasivo-agresivo no es reconocido como un trastorno psicológico per se en los manuales diagnósticos actuales como el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales). Sin embargo, es importante en el diagnóstico y manejo de varias condiciones psiquiátricas, incluyendo trastornos de la personalidad, depresión y ansiedad. Este comportamiento también puede ser un síntoma de problemas subyacentes, como baja autoestima, miedo al rechazo o inseguridades profundas.

El origen del comportamiento pasivo-agresivo es multifactorial y puede estar relacionado con experiencias tempranas en la vida, como un estilo de crianza punitivo, inconsistente o sobreprotector. Además, los factores culturales y familiares pueden jugar un papel en el desarrollo de este tipo de comportamiento, donde la expresión abierta de la ira o el desacuerdo puede ser desaprobada.

El diagnóstico del comportamiento pasivo-agresivo es desafiante, ya que las personas que lo exhiben pueden no ser conscientes de su conducta o pueden no reconocerla como problemática. Los profesionales de la salud mental utilizan una variedad de herramientas, incluyendo la evaluación clínica y cuestionarios psicológicos, para identificar este patrón de comportamiento.

El manejo del comportamiento pasivo-agresivo implica un enfoque integrado que puede incluir terapia cognitivo-conductual, asesoramiento y, en algunos casos, medicación. El objetivo del tratamiento es ayudar a los individuos a reconocer y comprender su comportamiento, desarrollar habilidades de comunicación más efectivas y aprender a expresar sus emociones y necesidades de manera más directa y saludable.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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