DICCIONARIO MÉDICO
Quiste sebáceo
El quiste sebáceo, conocido también como quiste epidermoide o quiste epidérmico, es una afección cutánea benigna común que se caracteriza por la formación de una lesión quística en la piel. Este quiste se forma cuando las células de la epidermis, la capa más superficial de la piel, se multiplican y se acumulan en el interior de una cavidad quística, produciendo una sustancia grasa y blanquecina conocida como queratina. El término "quiste sebáceo" puede ser algo confuso, ya que estos quistes no se originan en las glándulas sebáceas, que son las glándulas de la piel que producen sebo. Sin embargo, este término se ha utilizado durante mucho tiempo y sigue siendo comúnmente empleado, a pesar de no ser del todo preciso desde un punto de vista histológico. Los quistes sebáceos pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en áreas donde hay una mayor concentración de glándulas sebáceas, como la cara, el cuello, el cuero cabelludo y el tronco. Se producen en personas de todas las edades, pero son más comunes en adultos jóvenes y de mediana edad. No se conoce con exactitud por qué se forman los quistes sebáceos, pero se piensa que factores como el daño a los folículos pilosos, la obstrucción de los conductos de las glándulas sebáceas y la inflamación pueden jugar un papel. Clínicamente, los quistes sebáceos se presentan como nódulos o masas cutáneas redondas y móviles que se sienten suaves o firmes al tacto. Tienen un tamaño variable, que puede ir desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros de diámetro. La piel que recubre el quiste puede ser de color normal o puede tener un tono amarillento debido a la acumulación de queratina en su interior. En general, los quistes sebáceos son asintomáticos, pero pueden causar molestias si se inflaman, se infectan o se ubican en áreas de roce o presión. El diagnóstico de los quistes sebáceos se basa en la evaluación clínica y en la observación de las características de la lesión. En algunos casos, puede ser necesario realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico y descartar otras afecciones cutáneas. El tratamiento de los quistes sebáceos depende del tamaño del quiste, su localización, la presencia de síntomas y las preferencias del paciente. Los quistes pequeños y asintomáticos pueden simplemente ser monitorizados y no requerir tratamiento. Sin embargo, si los quistes son grandes, están causando molestias o se ven afectados por infecciones recurrentes, pueden requerirse intervenciones más activas. El tratamiento estándar para los quistes sebáceos es la excisión quirúrgica, que implica la eliminación del quiste en su totalidad, incluyendo su cápsula, para evitar su recurrencia. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es un quiste sebáceo?
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