DICCIONARIO MÉDICO
Reflejo aquíleo
El reflejo aquíleo, también conocido como reflejo tendinoso del tobillo o reflejo del tendón de Aquiles, constituye una respuesta involuntaria del sistema nervioso ante un estímulo mecánico específico. Este reflejo se origina cuando se percibe un golpe suave en el tendón de Aquiles, lo que produce una contracción del músculo gastrocnemio y, como resultado, una flexión plantar involuntaria del pie. Desde el punto de vista fisiológico, el reflejo aquíleo es un arquetipo de los reflejos miotáticos cuyo papel esencial es el mantenimiento de la postura y el tono muscular ante las variaciones continuas de la posición y el movimiento. El arco reflejo implica la activación de los receptores de estiramiento muscular, denominados husos musculares, localizados en el músculo gastrocnemio. La importancia clínica del reflejo aquíleo radica en su capacidad para evaluar de manera indirecta la integridad de las vías nerviosas que participan en su ejecución. Las fibras aferentes del nervio periférico recogen la información sensorial del estiramiento muscular y la transmiten a través del nervio tibial posterior hacia la médula espinal, específicamente en los segmentos lumbares 5 (L5) y sacro 1 (S1). Dentro de la médula, el estímulo activa las neuronas motoras que forman parte del arco reflejo. Este impulso sale a través de las fibras eferentes, culminando en la contracción del músculo. Cualquier alteración en este circuito, sea por daño a las fibras nerviosas, enfermedad en la médula espinal o patología muscular, puede modificar la respuesta normal del reflejo. La exploración del reflejo aquíleo se realiza en el contexto del examen neurológico y es esencial en la evaluación de pacientes con sospecha de trastornos del sistema nervioso central o periférico. La ausencia, disminución o exageración del reflejo puede ser indicativo de patologías como neuropatías periféricas, síndrome de la cola de caballo, esclerosis múltiple o lesiones compresivas de los nervios espinales. El procedimiento para evaluar este reflejo es relativamente simple y no invasivo. El paciente puede situarse en decúbito ventral con el pie colgando libremente o sentado con la pierna cruzada de manera que el tendón de Aquiles quede accesible al examinador. Con un martillo de reflejos, se percute suavemente el tendón de Aquiles y se observa la respuesta del músculo gastrocnemio. Es importante destacar que para que el reflejo sea evaluado de manera adecuada, el paciente debe estar relajado y el músculo en cuestión sin tensión previa. Una técnica incorrecta en la realización de este test puede llevar a interpretaciones erróneas y por ende, a un diagnóstico inadecuado. Asimismo, la interpretación de los resultados del reflejo aquíleo debe hacerse en el contexto de la historia clínica completa y otros hallazgos en el examen físico. La variabilidad individual en la respuesta refleja puede ser significativa y factores como la edad, nivel de actividad física y temperatura pueden influir en la magnitud del reflejo. En casos donde el reflejo aquíleo está ausente o disminuido, se pueden realizar pruebas complementarias como estudios de conducción nerviosa o electromiografía para evaluar más detalladamente la función de los nervios periféricos y los músculos involucrados. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Cuál es el reflejo aquíleo?
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