DICCIONARIO MÉDICO
Reflejo de micción
El reflejo de micción es un mecanismo fisiológico crucial que implica el sistema nervioso central, los sistemas nerviosos autónomo y somático, así como la musculatura lisa y estriada del tracto urinario inferior. Este reflejo permite el almacenamiento y la expulsión periódica de la orina, siendo esencial para la homeostasis y la función renal adecuada. Desde el punto de vista del desarrollo, el reflejo de micción es uno de los primeros reflejos somáticos en madurar. Durante la etapa fetal y los primeros meses de vida, el vaciado de la vejiga se produce de manera refleja. Sin embargo, con el desarrollo neurológico, el control sobre este reflejo se vuelve voluntario y sujeta a la inhibición cortical, permitiendo el aprendizaje del control vesical. La anatomía involucrada en el reflejo de micción es compleja y precisa. La vejiga urinaria, que sirve como reservorio temporal de la orina, está inervada por el sistema nervioso autónomo. Las fibras parasimpáticas, especialmente las provenientes del nervio pélvico, estimulan la contracción del músculo detrusor de la vejiga para inducir la micción, mientras que las fibras simpáticas, a través del nervio hipogástrico, promueven la relajación del detrusor y la contracción del cuello vesical y de la uretra posterior, favoreciendo la acumulación de orina. La inervación somática, a través del nervio pudendo, es responsable de la contracción del esfínter uretral externo, que proporciona un control voluntario sobre el inicio y la interrupción de la micción. El centro de la micción se localiza en el tronco del encéfalo, pero está influenciado por centros superiores ubicados en el córtex cerebral y el cerebelo, lo que permite la integración de señales sensoriales y motoras que son fundamentales para la ejecución voluntaria de este reflejo. El inicio del reflejo de micción se produce cuando la acumulación de orina en la vejiga incrementa la presión intravesical y activa los mecanorreceptores en la pared vesical. Estos receptores envían señales a través de los nervios aferentes hacia el centro de la micción en la médula espinal. Cuando se alcanza un umbral específico, se genera una respuesta refleja que involucra la contracción del detrusor y la relajación simultánea del esfínter uretral externo. Este proceso es modulado por el sistema nervioso central, que procesa la información sensorial y coordina la actividad muscular adecuada. Patologías que afectan el reflejo de micción pueden manifestarse como incontinencia urinaria, retención urinaria, disfunción vesical neurogénica, entre otros trastornos, y pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida del individuo. El diagnóstico y manejo de dichas condiciones requieren una comprensión profunda del reflejo de micción y sus mecanismos subyacentes. El reflejo de micción también tiene una relevancia clínica en el contexto de las infecciones del tracto urinario, enfermedades prostáticas, trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson o lesiones medulares y en la evaluación de pacientes con síntomas del tracto urinario inferior. La evaluación de este reflejo puede incluir estudios urodinámicos, que proporcionan información valiosa sobre la dinámica del tracto urinario inferior y ayudan a guiar el tratamiento médico o quirúrgico. Además, la comprensión de la farmacología relacionada con el reflejo de micción es esencial para el desarrollo de terapias para trastornos como la hiperactividad vesical y la incontinencia urinaria. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el reflejo de micción?
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