DICCIONARIO MÉDICO
Retinopatía circinada
La retinopatía circinada, también conocida en diversos círculos médicos como angiopatía retinal circinada, se refiere a una manifestación ocular que surge como resultado de una serie de alteraciones microvasculares que ocurren en la retina. Estas alteraciones son característicamente anulares o circulares, de ahí el término "circinada". La condición a menudo se relaciona con la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, aunque no exclusivamente, y puede ser indicativa de otros trastornos subyacentes que afectan a los pequeños vasos sanguíneos del ojo. Para entender completamente esta afección, es esencial primero tener una comprensión básica de la anatomía del ojo, en particular, la retina. La retina es una capa delgada de tejido ubicada en la parte posterior del ojo, que se encarga de recibir la luz y convertirla en señales eléctricas que luego son enviadas al cerebro para ser interpretadas como imágenes. La retina es un tejido altamente vascularizado, lo que significa que tiene muchos vasos sanguíneos. Cualquier alteración en estos vasos puede tener un impacto significativo en la visión. La retinopatía circinada es el resultado de un proceso conocido como vasculopatía, que es básicamente una enfermedad de los vasos sanguíneos. En el contexto de la retinopatía circinada, lo que ocurre es que los vasos sanguíneos de la retina se dañan y presentan exudados duros, que son básicamente acumulaciones de proteínas y lípidos que se escapan de los vasos sanguíneos dañados. Estos exudados forman anillos característicos alrededor de los vasos sanguíneos, lo que da a la afección su nombre. Es esencial destacar que, aunque la hipertensión y la diabetes son causas comunes, no son las únicas. Otras condiciones que afectan los vasos sanguíneos, como ciertos tipos de vasculitis o enfermedades autoinmunes, también pueden ser causas subyacentes. Además, algunas condiciones genéticas y hereditarias pueden predisponer a una persona a desarrollar retinopatía circinada. Desde el punto de vista clínico, la retinopatía circinada puede ser asintomática en las primeras etapas, lo que significa que una persona no presenta síntomas. Sin embargo, a medida que la afección progresa, puede haber síntomas como visión borrosa, pérdida de la visión en un área específica del campo visual o incluso pérdida de la visión completa en casos severos. Estos síntomas pueden ser temporales o permanentes, dependiendo de la gravedad de la afección y la rapidez con la que se trate. El diagnóstico de la retinopatía circinada generalmente se realiza mediante un examen ocular completo. Un oftalmólogo puede usar una variedad de herramientas y técnicas para examinar la retina, incluida la oftalmoscopia directa o indirecta, y la tomografía de coherencia óptica. La angiografía con fluoresceína, donde se inyecta un colorante en el torrente sanguíneo y se toman imágenes de la retina, también puede ser útil para visualizar los vasos sanguíneos afectados y los anillos característicos de exudados. El tratamiento de la retinopatía circinada se centra principalmente en tratar la causa subyacente. Si la hipertensión es la causa, se deben tomar medidas para controlar la presión arterial. Si es diabetes, el control adecuado de la glucosa en sangre es esencial. En algunos casos, pueden ser necesarios tratamientos adicionales, como la fotocoagulación con láser, para sellar los vasos sanguíneos con fugas y prevenir más daños. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la retinopatía circinada?
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