DICCIONARIO MÉDICO
Retinopatía hipertensiva
La retinopatía hipertensiva es una afección ocular que se manifiesta como resultado de la hipertensión arterial no controlada. La hipertensión, conocida comúnmente como presión arterial alta, tiene la capacidad de causar daños en los vasos sanguíneos del cuerpo, incluidos los de la retina, la parte del ojo que convierte la luz en señales que se envían al cerebro a través del nervio óptico. A medida que la hipertensión persiste y se agrava, los vasos sanguíneos de la retina pueden estrecharse, romperse o presentar fugas, lo que conlleva a varias manifestaciones y complicaciones en la visión. Para entender la naturaleza de la retinopatía hipertensiva, es vital comprender primero cómo la presión arterial influye en los vasos sanguíneos. La sangre, al ser bombeada por el corazón, ejerce presión sobre las paredes de los vasos sanguíneos. Cuando esta presión es consistentemente alta, causa un estrés crónico en los vasos, llevándolos a sufrir cambios patológicos. En la retina, estos cambios se traducen en estrechamiento de arteriolas, cruces arteriovenosos patológicos, hemorragias retinianas, exudados y, en etapas avanzadas, edema y neovascularización. La identificación temprana de los signos de retinopatía hipertensiva puede ser fundamental para el manejo adecuado de la hipertensión y la prevención de complicaciones visuales. Los síntomas pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen visión borrosa, disminución de la agudeza visual, aparición de "moscas volantes" o áreas oscuras en el campo visual. Sin embargo, es crucial señalar que en sus etapas iniciales, la retinopatía hipertensiva puede ser asintomática, lo que subraya la importancia de exámenes oftalmológicos regulares, especialmente en personas con diagnóstico de hipertensión. El diagnóstico de retinopatía hipertensiva se basa en un examen de fondo de ojo. La observación directa de los vasos sanguíneos retinianos puede revelar los signos característicos mencionados anteriormente. En algunos casos, se pueden emplear técnicas adicionales como la angiografía con fluoresceína para obtener una imagen detallada de la circulación retiniana y evaluar la presencia de áreas de fuga o neovascularización. El enfoque principal para el tratamiento de la retinopatía hipertensiva es el control efectivo de la presión arterial. La estabilización y reducción de la hipertensión disminuyen el riesgo de progresión de la enfermedad y la aparición de complicaciones. El manejo puede incluir una combinación de cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio, junto con medicamentos antihipertensivos prescritos por un médico. Más allá del tratamiento de la hipertensión, en casos donde la retinopatía ha avanzado y ha causado complicaciones graves en la retina, pueden ser necesarias intervenciones específicas. Por ejemplo, la fotocoagulación láser puede emplearse para tratar áreas de neovascularización o edema macular. Las inyecciones intravítreas de medicamentos anti-VEGF pueden considerarse en casos de edema macular significativo. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la retinopatía hipertensiva?
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