Riñón hipoplásico

¿Qué es un riñón hipoplásico?

El riñón hipoplásico es una disminución congénita del tamaño del riñón, asociada a un número reducido de nefronas. Representa el 8% de las causas de insuficiencia renal crónica terminal en el niño y existen tres variedades: el riñón enano o en miniatura, la oligomeganefronia y la hipoplasia renal segmentaria (v.) o riñón de Ask-Upmark.

Diferente a la agenesia renal, donde falta completamente uno o ambos riñones, en la hipoplasia renal, el riñón está presente pero es significativamente más pequeño de lo que debería ser.

La causa exacta de la hipoplasia renal no siempre se conoce, pero se cree que factores genéticos, ambientales y posiblemente ciertos medicamentos o infecciones durante el embarazo pueden desempeñar un papel en su desarrollo. En algunos casos, la hipoplasia renal puede ser hereditaria y ocurre como parte de síndromes genéticos específicos. En otros casos, puede ser una anomalía aislada sin una causa identificable.

A menudo, el riñón hipoplásico no produce síntomas inmediatos. Es posible que una persona con un riñón hipoplásico no sea consciente de su afección hasta que se realice un estudio de imagen, como una ecografía, por otro motivo. Sin embargo, dependiendo de la severidad de la hipoplasia y si afecta a uno o ambos riñones, pueden surgir problemas renales a lo largo del tiempo.

El riñón tiene muchas funciones vitales, incluida la filtración de desechos y líquidos extra de la sangre para formar orina, la regulación de los niveles de sales y minerales en la sangre, la producción de hormonas que ayudan a regular la presión arterial, la producción de glóbulos rojos y el mantenimiento de la salud ósea. Un riñón hipoplásico puede tener dificultades para realizar todas estas funciones de manera eficaz.

Si ambos riñones son hipoplásicos, es más probable que surjan problemas. Estos problemas pueden incluir hipertensión, enfermedad renal crónica o insuficiencia renal. En algunos casos, si la función renal es insuficiente, puede ser necesario el tratamiento de diálisis o incluso un trasplante de riñón en etapas avanzadas.

El diagnóstico de la hipoplasia renal generalmente se realiza a través de estudios de imagen. Una ecografía es el método más común para visualizar los riñones y puede identificar un riñón que es más pequeño de lo normal. Otras pruebas de imagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), también pueden ser útiles. Además, pueden realizarse análisis de sangre y orina para evaluar la función renal.

El tratamiento para la hipoplasia renal depende de la gravedad de la afección y de si se presentan problemas renales. Si el riñón hipoplásico está funcionando bien y no hay síntomas, es posible que no se necesite tratamiento inmediato. Sin embargo, es fundamental el monitoreo regular para evaluar la función renal y detectar cualquier signo de enfermedad renal.

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