DICCIONARIO MÉDICO
Roséola infantil
La roséola infantil, también conocida como exantema súbito o fiebre de tres días, es una enfermedad infecciosa común en la infancia, causada principalmente por el virus del herpes humano 6 (HHV-6) y, en menor medida, por el virus del herpes humano 7 (HHV-7). Estos virus pertenecen a la misma familia que los virus del herpes simple, pero no deben confundirse ya que sus manifestaciones y tratamientos difieren. La enfermedad se caracteriza principalmente por una fiebre repentina de alta intensidad que dura entre tres y cinco días, seguida de una erupción cutánea característica que aparece justo después de que la fiebre desaparece. Los síntomas iniciales de la roséola son bastante inespecíficos, lo que hace que a menudo se confunda con otras enfermedades infantiles. Estos síntomas incluyen fiebre alta, irritabilidad en el niño, inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en el cuello, y, en algunos casos, síntomas respiratorios leves, como tos o rinorrea. Durante el periodo de fiebre, es posible que se presenten convulsiones febriles, que son la principal complicación de esta enfermedad. Estas convulsiones, aunque aterradoras, suelen ser benignas y no tienen consecuencias a largo plazo. Una vez que la fiebre desaparece, aparece la erupción. Esta erupción es rosada, con pequeñas manchas o pápulas que no causan picor. Suele comenzar en el tronco y luego puede extenderse a los brazos y piernas, pero raramente afecta a la cara. Aunque la erupción es el signo más característico de la roséola, no todos los niños la presentan. El diagnóstico de la roséola se basa principalmente en la clínica, ya que el patrón de fiebre seguido de erupción es bastante característico. Sin embargo, en casos dudosos, se pueden realizar pruebas serológicas para detectar la presencia de anticuerpos contra el HHV-6 o HHV-7, aunque estas pruebas no suelen ser necesarias en la práctica clínica habitual. El tratamiento de la roséola es principalmente sintomático. No existe un tratamiento específico antiviral para esta enfermedad, ya que, en la mayoría de los casos, es autolimitada y se resuelve sin complicaciones. Es fundamental controlar la fiebre, para lo cual se pueden usar antipiréticos como el paracetamol. Es importante no usar aspirina en niños con fiebre, ya que está asociada con el síndrome de Reye, una enfermedad grave y potencialmente mortal. La roséola es una enfermedad contagiosa y se propaga a través de las secreciones respiratorias, como la saliva o las gotas que se producen al toser o estornudar. Por lo tanto, es fundamental mantener una buena higiene, lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto cercano con personas enfermas para evitar la propagación del virus. Una vez que se ha tenido la enfermedad, se desarrolla inmunidad, por lo que es raro que se presente más de una vez en la misma persona. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la roséola infantil?
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