DICCIONARIO MÉDICO
Rotura vesical espontánea
La rotura vesical espontánea representa una anomalía clínica infrecuente pero significativa, caracterizada por la disrupción del tejido vesical sin un factor traumático precipitante. Se diferencia de la rotura vesical traumática, que, como su nombre indica, se produce a causa de un trauma directo. Las implicaciones clínicas de esta patología requieren un entendimiento cabal para su correcto diagnóstico y tratamiento. La vejiga urinaria, localizada en la pelvis menor, es un órgano muscular responsable de almacenar y expulsar la orina. Su capacidad de estiramiento y su naturaleza impermeable la hacen apta para contener volúmenes variables de líquido. Sin embargo, en ciertas condiciones patológicas, su integridad puede verse comprometida, llevando a una rotura. Aunque es más común que las roturas vesicales ocurran debido a traumas o procedimientos quirúrgicos, la rotura vesical espontánea es una entidad diferente y su etiopatogenia es variada. Frecuentemente, se asocia a una distensión vesical crónica, resultante de obstrucciones al flujo urinario, como en el caso de hiperplasia prostática benigna, estenosis uretrales, tumores o cálculos vesicales. Otras condiciones predisponentes incluyen enfermedades inflamatorias vesicales, infecciones urinarias crónicas, radioterapia pelviana, y ciertas enfermedades del tejido conectivo que afectan la elasticidad vesical. Los síntomas asociados a la rotura vesical espontánea son variados y pueden incluir dolor abdominal agudo, imposibilidad de miccionar a pesar de un deseo intenso, hematuria (sangre en la orina) y síntomas peritoneales si la orina se extravasa al espacio peritoneal. En algunos casos, el paciente puede presentar un abdomen agudo, con signos de irritación peritoneal y shock. El diagnóstico de la rotura vesical espontánea se basa en la sospecha clínica, respaldada por estudios de imagen. La cistografía, que consiste en la administración de un medio de contraste en la vejiga seguido de una radiografía, es la técnica de elección para confirmar la presencia de una rotura. Además, el ultrasonido y la tomografía computarizada de abdomen y pelvis pueden ofrecer imágenes más detalladas de la lesión y de posibles complicaciones asociadas. El tratamiento de la rotura vesical espontánea depende de su localización y extensión. Las roturas intraperitoneales, donde la orina se derrama en la cavidad peritoneal, generalmente requieren reparación quirúrgica urgente, dado que pueden llevar a una peritonitis química. Las roturas extraperitoneales, donde la orina se extravasa al espacio circundante pero no a la cavidad peritoneal, pueden manejarse de forma conservadora con un catéter vesical para descomprimir la vejiga y permitir la cicatrización. Sin embargo, la cirugía puede ser necesaria si no hay mejoría o si se identifica una causa subyacente que requiere corrección. La prevención de la rotura vesical espontánea implica identificar y tratar oportunamente las condiciones que predisponen a la distensión vesical crónica. Esto puede incluir tratamiento médico o quirúrgico de la hiperplasia prostática, dilatación de estenosis uretrales, tratamiento de infecciones urinarias recurrentes, entre otras medidas. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la rotura vesical espontánea?
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