Sacro

¿Qué es el sacro?

El sacro es una estructura ósea fundamental en la anatomía humana, ubicada en la base de la columna vertebral. Constituye la parte superior del hueso pélvico y juega un papel crucial en la transferencia del peso del cuerpo desde la columna vertebral hacia los miembros inferiores. Además, el sacro también sirve como punto de anclaje para varios músculos y ligamentos que contribuyen a la estabilidad y la movilidad de la columna vertebral y la pelvis.

Formado por la fusión de cinco vértebras sacras durante la infancia y la adolescencia, el sacro tiene una forma triangular o de cuña. La superficie anterior, que se dirige hacia el interior del cuerpo, es cóncava y presenta orificios sacros anteriores a través de los cuales emergen las raíces nerviosas sacras. La superficie posterior, que se dirige hacia la espalda, es convexa y presenta crestas y surcos que representan los restos de las láminas y las apófisis espinosas de las vértebras sacras fusionadas. 

En su parte superior, el sacro se articula con la última vértebra lumbar (L5) en una articulación conocida como la articulación lumbosacra. En su base inferior, se articula con el cóccix, la estructura terminal de la columna vertebral. A ambos lados del sacro, se encuentran las articulaciones sacroilíacas, donde se une con los huesos ilíacos de la pelvis. 

Además de proporcionar estabilidad estructural, el sacro también contiene el canal sacro, una continuación del canal vertebral que alberga las raíces nerviosas de la parte inferior de la médula espinal. Estas raíces nerviosas, conocidas como la cola de caballo debido a su apariencia, desempeñan un papel importante en el control de las funciones motoras y sensoriales de los miembros inferiores y de los órganos pélvicos.

El sacro puede verse afectado por una variedad de trastornos médicos. Estos incluyen el dolor sacro o sacralgia, que puede ser causado por traumatismos, sobrecarga mecánica, inflamación de las articulaciones sacroilíacas, o afecciones degenerativas como la osteoartritis. Además, el sacro puede verse afectado por tumores, tanto benignos como malignos, así como por infecciones. Las fracturas del sacro, aunque menos comunes que las fracturas de otras áreas de la columna vertebral debido a su ubicación protegida, también pueden ocurrir, especialmente en personas con osteoporosis o en casos de traumatismo severo.

El diagnóstico de las afecciones del sacro generalmente implica una combinación de evaluación clínica, incluyendo un examen físico y una historia médica detallada, y estudios de imagen como radiografías, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM). Estas pruebas pueden ayudar a visualizar la estructura del sacro y a identificar cualquier anomalía o patología.

El tratamiento de las condiciones que afectan al sacro depende de la naturaleza específica del problema. Puede incluir medidas conservadoras, como medicamentos para el alivio del dolor y la inflamación, fisioterapia para fortalecer los músculos de la columna vertebral y la pelvis, y modificaciones de las actividades y posturas que pueden estar contribuyendo al problema. En casos más graves o refractarios al tratamiento conservador, puede considerarse la cirugía para aliviar la compresión nerviosa, reparar fracturas, o extirpar tumores.

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