DICCIONARIO MÉDICO
Shock hipovolémico
El shock hipovolémico, conocido también como shock hemorrágico, es una condición médica crítica caracterizada por una disminución repentina y grave del volumen sanguíneo circulante. Esta reducción puede ser causada por una pérdida de sangre, ya sea externa o interna, o por la pérdida de otros fluidos corporales, como puede ocurrir en casos de quemaduras graves, vómitos o diarrea severa. El resultado de esta disminución en el volumen sanguíneo es un flujo insuficiente de sangre y oxígeno a los órganos y tejidos del cuerpo, lo que puede conducir a daño celular, disfunción de órganos y, si no se trata, a la muerte. La sangre es el medio a través del cual el oxígeno y los nutrientes son transportados a todas las células del cuerpo, y es también el vehículo para la eliminación de productos de desecho. Además, la sangre ayuda a regular la temperatura corporal y el equilibrio ácido-base, y juega un papel vital en la respuesta inmunológica y en la coagulación. Cuando se produce una pérdida significativa de sangre, todos estos procesos pueden verse afectados, dando lugar a una variedad de síntomas y complicaciones. En el shock hipovolémico, los primeros síntomas pueden incluir palidez, sudoración fría, pulso rápido y débil, respiración rápida y superficial, y una sensación de ansiedad o inquietud. A medida que la condición avanza, los síntomas pueden evolucionar hacia confusión, disminución de la producción de orina, hipotensión arterial y, en última instancia, pérdida de la conciencia. Para confirmar el diagnóstico de shock hipovolémico, se deben considerar la historia clínica, los síntomas presentes y los resultados de diversas pruebas diagnósticas. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre para evaluar el conteo de células sanguíneas y los niveles de electrolitos y otros componentes, pruebas de coagulación, pruebas de función renal y hepática, y pruebas de imagen como radiografías, ecografías o tomografías computarizadas para identificar posibles fuentes de pérdida de sangre. El tratamiento del shock hipovolémico se centra en la reposición de fluidos y sangre, la corrección de la causa de la pérdida de fluidos, y el soporte de los sistemas y órganos que pueden verse afectados. Esto puede requerir la administración intravenosa de soluciones salinas o de sangre y sus componentes, medicamentos para controlar la hemorragia y la presión arterial, y en algunos casos, cirugía para reparar lesiones o controlar la hemorragia interna. La rapidez con la que se inicia el tratamiento tiene un impacto significativo en el pronóstico. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el shock hipovolémico?
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