DICCIONARIO MÉDICO

Sida

¿Qué es el SIDA?

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, conocido comúnmente por sus siglas SIDA, es una enfermedad viral crónica que se caracteriza por la progresiva disminución de la función del sistema inmunológico. Esta enfermedad es causada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), un retrovirus que se propaga principalmente a través del contacto directo con fluidos corporales infectados, como la sangre, el semen, los fluidos vaginales y la leche materna.

La infección por VIH pasa por varias etapas antes de progresar a SIDA. Tras la exposición inicial al virus, puede producirse una fase aguda caracterizada por una enfermedad similar a la gripe que generalmente ocurre de dos a cuatro semanas después de la infección. Luego de esta fase inicial, la infección por VIH entra en una fase de latencia clínica que puede durar años, durante los cuales el virus continúa replicándose y disminuyendo gradualmente la función del sistema inmunológico.

El SIDA es la etapa final de la infección por VIH, y se caracteriza por la presencia de una o más infecciones oportunistas, cánceres o manifestaciones clínicas graves en un individuo con una cantidad de células CD4+ (un tipo de célula del sistema inmunológico) por debajo de un cierto umbral. Los pacientes con SIDA son particularmente susceptibles a infecciones y enfermedades que el sistema inmunológico normalmente sería capaz de combatir. Estas pueden incluir neumonía por Pneumocystis jirovecii, tuberculosis, toxoplasmosis cerebral, y ciertos tipos de cáncer, como el sarcoma de Kaposi y el linfoma de células B.

El diagnóstico de la infección por VIH y el SIDA se realiza a través de pruebas de detección del virus o sus anticuerpos en la sangre. Las pruebas confirmatorias, como la prueba de Western Blot o la prueba de carga viral del VIH, pueden utilizarse para confirmar el diagnóstico. El recuento de células CD4+ también se utiliza para monitorizar el progreso de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.

El tratamiento del VIH/SIDA ha avanzado significativamente desde que la enfermedad fue reconocida por primera vez en la década de 1980. Aunque todavía no existe una cura para el VIH, los antirretrovirales, que son medicamentos que inhiben la replicación del virus, pueden mantener la carga viral a niveles muy bajos y prevenir la progresión a SIDA. Este enfoque terapéutico, conocido como terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), suele implicar la toma de una combinación de varios medicamentos antirretrovirales. El objetivo del tratamiento es alcanzar una carga viral indetectable, lo que significa que la cantidad de virus en la sangre es tan baja que las pruebas estándar no pueden detectarlo.

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