DICCIONARIO MÉDICO
Síncope
El síncope es un evento médico caracterizado por la pérdida transitoria y repentina de la conciencia y del tono muscular postural, normalmente de corta duración, que culmina en una recuperación espontánea sin necesidad de intervención médica. Es una manifestación de una disminución breve en el aporte de sangre al cerebro, conocida como hipoperfusión cerebral transitoria. Dicha disminución en el flujo sanguíneo puede ser resultado de diversas condiciones y situaciones, las cuales determinan las distintas clasificaciones del síncope. Las etiologías del síncope son múltiples, aunque se pueden agrupar en tres grandes categorías: síncope neurorreflejo o mediado neuralmente, síncope ortostático y síncope cardiogénico. El síncope neurorreflejo, también conocido como síncope vasovagal, es la forma más común de síncope. Se produce cuando el cuerpo reacciona de manera exagerada a ciertos estímulos, como el dolor, el miedo o la vista de sangre, provocando una disminución en la frecuencia cardíaca y en la presión arterial, que a su vez lleva a una disminución del flujo sanguíneo al cerebro. El síncope ortostático, por otro lado, ocurre cuando una persona se pone de pie rápidamente y la sangre se acumula en las piernas, lo que provoca una disminución rápida de la presión arterial y, por ende, una disminución del flujo sanguíneo al cerebro. Este tipo de síncope es más común en personas mayores y en individuos que toman medicamentos que afectan la presión arterial. El síncope cardiogénico, el cual es considerado el más grave, es causado por diversas afecciones que interfieren con el funcionamiento normal del corazón, tales como las arritmias cardíacas, las enfermedades del músculo cardíaco y las obstrucciones del flujo sanguíneo. En estos casos, el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre al cerebro, lo que provoca un episodio de síncope. Los síntomas que preceden a un episodio de síncope pueden variar dependiendo de la causa subyacente, aunque a menudo incluyen sensaciones de vértigo, debilidad, visión borrosa, sudoración, náuseas y palidez. Sin embargo, cabe destacar que en algunos casos, el síncope puede ocurrir sin ningún síntoma previo. El diagnóstico del síncope requiere una evaluación médica completa, que incluye un detallado historial médico y un examen físico. Las pruebas diagnósticas adicionales pueden incluir un electrocardiograma, una ecocardiografía, pruebas de esfuerzo, monitoreo Holter, pruebas de inclinación, entre otros, dependiendo de la sospecha clínica. En cuanto al tratamiento, este depende de la causa subyacente del síncope. En casos de síncope neurorreflejo, pueden recomendarse cambios en el estilo de vida y medidas preventivas para evitar los desencadenantes conocidos. En el síncope ortostático, puede ser útil ajustar los medicamentos que puedan estar contribuyendo al problema. En el caso del síncope cardiogénico, el tratamiento se dirige a la afección cardíaca subyacente y puede requerir medicamentos, procedimientos quirúrgicos o la implantación de dispositivos médicos, como los marcapasos. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es un síncope?
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