DICCIONARIO MÉDICO
Síndrome de Asherman
El síndrome de Asherman es una condición ginecológica caracterizada por la formación de adherencias o cicatrices en el interior del útero, específicamente en la cavidad uterina o en el cérvix. Estas adherencias pueden ser delgadas o gruesas, y su gravedad y extensión pueden variar de leves a severas. Las adherencias pueden llevar a una reducción parcial o total del volumen de la cavidad uterina y del canal cervical, lo que puede tener graves implicaciones para la salud reproductiva y menstrual de la mujer. El síndrome de Asherman fue descrito por primera vez en 1948 por el ginecólogo israelí Joseph G. Asherman, quien lo identificó en pacientes que habían experimentado traumatismos uterinos por legrados realizados después de un parto o un aborto. Sin embargo, cualquier procedimiento que implique la manipulación directa del útero, como una cesárea, la histeroscopia diagnóstica o quirúrgica, o la radioterapia pélvica, puede llevar a la formación de adherencias y contribuir al desarrollo del síndrome de Asherman. Las mujeres con síndrome de Asherman pueden presentar una variedad de síntomas dependiendo de la gravedad y la extensión de las adherencias. Algunas mujeres pueden ser asintomáticas, mientras que otras pueden experimentar menstruaciones ligeras o ausentes (amenorrea), dolor durante la menstruación (dismenorrea), abortos espontáneos recurrentes o infertilidad. Es importante destacar que la presencia de infertilidad no se puede atribuir al síndrome de Asherman a menos que se hayan excluido otras posibles causas. El diagnóstico del síndrome de Asherman se basa en una combinación de la historia clínica, los síntomas, el examen físico y las pruebas de imagen. La histeroscopia, que permite visualizar el interior del útero con un endoscopio delgado, es la prueba de elección para el diagnóstico y el tratamiento del síndrome de Asherman. Otras pruebas de imagen, como la histerosonografía y la histerosalpingografía, también pueden ser útiles en la evaluación de las adherencias uterinas. El tratamiento del síndrome de Asherman implica la eliminación de las adherencias uterinas, generalmente a través de la histeroscopia quirúrgica. Después de la cirugía, a menudo se prescribe estrógeno para promover la regeneración del revestimiento uterino. Además, se pueden utilizar dispositivos como el balón intrauterino o el dispositivo intrauterino para prevenir la reaparición de las adherencias. El pronóstico del síndrome de Asherman depende de la gravedad y la extensión de las adherencias, así como de la respuesta al tratamiento. En general, el pronóstico es mejor para las mujeres con adherencias leves a moderadas. Sin embargo, las mujeres con adherencias severas pueden requerir tratamientos más complejos y pueden tener un riesgo más alto de infertilidad y complicaciones obstétricas. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el síndrome de Asherman?
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