DICCIONARIO MÉDICO
Síndrome de Capgras
El síndrome de Capgras, nombrado así en honor al psiquiatra francés Jean Marie Joseph Capgras que lo describió por primera vez en 1923, es un trastorno neuropsiquiátrico raro que se encuadra dentro de los denominados delirios de suplantación. En estos delirios, la persona afectada está convencida de que una persona cercana, habitualmente un familiar o amigo íntimo, ha sido reemplazado por un impostor idéntico. El individuo con síndrome de Capgras experimenta una disociación entre el reconocimiento visual de la persona y la respuesta emocional asociada a ese reconocimiento. A pesar de que reconoce la apariencia física de la persona suplantada, la falta de respuesta emocional familiar le lleva a concluir que se trata de un impostor. Aunque la persona afectada puede reconocer y nombrar a la persona que cree que ha sido suplantada, insiste en que el individuo es un impostor debido a la falta de conexión emocional. El síndrome de Capgras puede aparecer en el contexto de diversas condiciones psiquiátricas, incluyendo la esquizofrenia, trastornos del estado de ánimo como la depresión y el trastorno bipolar, y trastornos del espectro del autismo. También se ha observado en pacientes con daño cerebral traumático, enfermedad de Alzheimer y otras condiciones neurológicas. No obstante, sigue siendo un fenómeno poco común y no está claro por qué algunos individuos desarrollan este delirio en particular. El diagnóstico del síndrome de Capgras se basa en la evaluación clínica y la historia del paciente. No existen pruebas de laboratorio o de imagen específicas para su diagnóstico, aunque pueden ser útiles para descartar otras condiciones médicas que puedan estar contribuyendo a los síntomas delirantes. Es fundamental una evaluación psiquiátrica exhaustiva, ya que los individuos con este síndrome pueden estar en riesgo de autolesionarse o de dañar a la persona que creen que ha sido suplantada. El tratamiento del síndrome de Capgras suele implicar una combinación de medicación psicofarmacológica y terapia cognitivo-conductual. Los antipsicóticos pueden ser eficaces para reducir la intensidad del delirio, mientras que la terapia cognitivo-conductual puede ayudar al individuo a desarrollar estrategias de afrontamiento para manejar sus síntomas. En algunos casos, puede ser necesaria la hospitalización para garantizar la seguridad del individuo y de las personas a su alrededor. El pronóstico del síndrome de Capgras puede variar considerablemente, dependiendo de la condición subyacente y de la respuesta al tratamiento. En algunos casos, los síntomas delirantes pueden remitir por completo con el tratamiento adecuado, mientras que en otros pueden persistir o recurrentes a lo largo del tiempo. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el síndrome de Capgras?
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