DICCIONARIO MÉDICO
Síndrome de Horner
El síndrome de Horner, conocido también como síndrome oculopupilar o síndrome de Claude Bernard-Horner, es un trastorno neurológico que se origina debido a la interrupción de la vía simpática que se dirige hacia los ojos y la parte superior del rostro. Esta condición es el resultado de la disfunción en un conjunto específico de nervios que son responsables de las funciones específicas del ojo y del rostro. Dicha interrupción en la vía simpática puede surgir debido a diversas causas y suele manifestarse con un conjunto característico de signos clínicos. Los síntomas clásicos del síndrome de Horner son ptosis (caída del párpado superior), miosis (constricción o disminución del tamaño de la pupila) y anhidrosis (disminución o ausencia de sudoración) en la mitad afectada de la cara. Es relevante notar que estos síntomas pueden variar en gravedad y no todos los pacientes presentarán todos estos signos simultáneamente. El origen de esta condición reside en la vía nerviosa simpática que inicia en el hipotálamo, desciende por el tronco cerebral y la médula espinal, y finalmente llega al rostro y al ojo. Una interrupción en cualquier punto de esta ruta puede llevar al surgimiento de los síntomas mencionados. La causa de esta interrupción es vital para determinar el tratamiento y el pronóstico, y puede variar desde lesiones benignas, como un traumatismo, hasta condiciones más graves, como tumores o aneurismas. El síndrome de Horner puede clasificarse según la ubicación de la lesión en la vía simpática: central, preganglionar y postganglionar. Las lesiones centrales están asociadas a afecciones que impactan el cerebro, como accidentes cerebrovasculares o tumores. Las lesiones preganglionares pueden ser causadas por traumatismos torácicos, tumores pulmonares o daño a la médula espinal. Las lesiones postganglionares, en cambio, están más relacionadas con daños en las áreas cercanas a la cabeza y el cuello. Para el diagnóstico adecuado del síndrome de Horner, se deben considerar tanto los síntomas clínicos presentados por el paciente como una serie de pruebas diagnósticas. Una de las pruebas fundamentales es la instilación de colirios específicos en el ojo para observar la respuesta pupilar. Estas pruebas farmacológicas pueden ayudar a distinguir entre una lesión preganglionar y postganglionar y también a confirmar el diagnóstico. Una vez diagnosticado, es esencial identificar y tratar la causa subyacente del síndrome. Si se debe a un trauma, la resolución puede ser espontánea con el tiempo y el tratamiento de soporte. Sin embargo, si la causa es un tumor o aneurisma, se requerirá un tratamiento más específico y dirigido. La importancia de determinar la causa radica en que algunas condiciones asociadas con el síndrome de Horner pueden ser potencialmente mortales. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el síndrome de Horner?
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