DICCIONARIO MÉDICO
Síndrome de hospitalismo
El síndrome de hospitalismo es una respuesta emocional y física adversa observada en pacientes, particularmente niños, que han estado hospitalizados durante períodos prolongados. Se caracteriza por una serie de síntomas que incluyen apatía, retardo en el desarrollo, depresión, entre otros, y se relaciona directamente con la privación del ambiente familiar y la rutina habitual. Esta condición, aunque ha sido reconocida durante más de un siglo en el campo médico, ha ganado atención particular en las últimas décadas debido a la creciente comprensión de la interacción entre la salud física y mental y su impacto en la recuperación y el bienestar del paciente. Históricamente, el término "hospitalismo" fue acuñado en la década de 1900 para describir a los niños que presentaban retraso en el desarrollo y síntomas de deterioro emocional después de largas estancias en hospitales. Estos niños, a menudo hospitalizados por enfermedades físicas, comenzaban a mostrar signos de retraso en áreas como el habla, la motricidad y el desarrollo social. Adicionalmente, exhibían síntomas de desinterés, apatía y, en algunos casos, pérdida de peso inexplicada. Con el tiempo, el síndrome de hospitalismo ha sido objeto de diversos estudios e investigaciones que han buscado comprender sus causas subyacentes y mecanismos. Se ha propuesto que una combinación de factores ambientales, psicológicos y físicos contribuyen a su aparición. La falta de estímulo ambiental, la privación sensorial, la falta de interacción social adecuada y el trauma de estar separado de la familia y de la rutina diaria pueden conducir a una serie de respuestas emocionales y físicas adversas. La privación emocional y la falta de estímulos adecuados durante períodos cruciales de desarrollo pueden tener efectos devastadores. El cerebro humano es altamente plástico, especialmente en las primeras etapas de la vida. Durante este tiempo, las experiencias, interacciones y estímulos juegan un papel vital en la formación de conexiones neuronales y en la organización cerebral. La ausencia de estos estímulos puede llevar a cambios neurofisiológicos y neuropsicológicos que se manifiestan en los síntomas observados en el síndrome de hospitalismo. Desde una perspectiva psicológica, la hospitalización implica un cambio drástico en el ambiente y la rutina del paciente. Los niños, en particular, pueden no comprender completamente la razón de su hospitalización, lo que puede generar ansiedad, miedo y sentimientos de abandono. Estar rodeado de extraños, enfrentarse a procedimientos médicos desconocidos y la falta de una estructura diaria familiar pueden agravar estos sentimientos. A nivel físico, es crucial considerar que muchos pacientes hospitalizados ya están lidiando con el estrés de una enfermedad o condición médica. Este estrés, combinado con factores como la privación del sueño, la mala nutrición y la falta de actividad física, puede contribuir al deterioro general. La identificación temprana y el tratamiento del síndrome de hospitalismo son esenciales para mejorar el pronóstico del paciente. Las intervenciones pueden incluir proporcionar un ambiente hospitalario más acogedor, garantizar visitas regulares de familiares, ofrecer oportunidades de juego y socialización para niños, y proporcionar apoyo psicológico cuando sea necesario. La escasez de contactos humanos durante gran parte del día y la carencia de cuidados maternos hacen que, a pesar de que los niños reciban una perfecta atención dietética e higiénica, entren en un estado de aletargamiento y estupor denominado «depresión anaclítica», que, si no se corrige por el contacto con la madre o con una sustituta aceptable, puede llevar incluso a la muerte. Los estudios acerca del hospitalismo han provocado profundas reformas en las condiciones de hospitalización de los niños. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el síndrome de hospitalismo?
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