DICCIONARIO MÉDICO
Síndrome de mascarada
El síndrome de mascarada es un término médico empleado para describir condiciones que manifiestan síntomas oculares inflamatorios consistentes con uveítis pero que, en realidad, son secundarios a enfermedades no inflamatorias. En este contexto, el síndrome de mascarada representa un conjunto de trastornos que mimetizan manifestaciones clínicas de inflamación intraocular, planteando un desafío diagnóstico para los clínicos y oftalmólogos, dado que el diagnóstico erróneo y el tratamiento subsecuente incorrecto pueden tener consecuencias significativas para el paciente. Este síndrome es notable por la diversidad y complejidad de sus presentaciones clínicas, y por lo tanto, un enfoque meticuloso y un análisis profundo son esenciales para descifrar la etiología subyacente. Los trastornos que se presentan como síndrome de mascarada pueden ser principalmente neoplásicos, infecciosos o degenerativos, y cada uno requiere una estrategia de manejo individualizada, centrada en abordar la causa fundamental. Es de suma importancia que los profesionales de la salud estén conscientes de las características de este síndrome y que se mantengan actualizados sobre los métodos diagnósticos y opciones de tratamiento disponibles para asegurar una intervención oportuna y apropiada. Las entidades neoplásicas, como linfomas intraoculares y metastasis coroideas, son causas comunes del síndrome de mascarada y pueden manifestarse con signos inflamatorios, lo que puede llevar a una interpretación errónea de uveítis. Aquí, un diagnóstico preciso es crucial para direccionar un tratamiento oncológico adecuado y evitar terapias antiinflamatorias innecesarias que podrían exacerbar la condición subyacente. El análisis de humor acuoso mediante citología y evaluación molecular puede ser invaluable para identificar células malignas y establecer un diagnóstico definitivo. Las infecciones oculares, como la retinitis por citomegalovirus en pacientes inmunocomprometidos, también pueden simular una uveítis, haciendo imperativo un reconocimiento temprano y una terapia antiviral intensiva para prevenir complicaciones graves como la pérdida de visión. En estos casos, el cultivo y la PCR de humor vítreo y acuoso pueden revelar la presencia de patógenos específicos y guiar el régimen terapéutico. Adicionalmente, diversas condiciones degenerativas y autoinmunitarias pueden manifestar síntomas similares a la inflamación oculométrica, y un discernimiento meticuloso de los hallazgos clínicos y las investigaciones pertinentes es vital para distinguir estas entidades y administrar un manejo optimizado. Es imperativo que se realicen pruebas de imagen como la tomografía de coherencia óptica y la angiografía con fluoresceína para evaluar el estado retiniano y coroidal y detectar anomalías subyacentes. En el contexto del síndrome de mascarada, el tratamiento se enfoca en tratar la enfermedad subyacente, y esto puede involucrar una variedad de modalidades terapéuticas, desde la quimioterapia para neoplasias hasta agentes antivirales o antibióticos para infecciones, y el uso de inmunomoduladores para trastornos autoinmunitarios. La elección de tratamiento depende de la etiología, extensión y gravedad de la enfermedad y requiere una consideración cuidadosa de los riesgos y beneficios asociados. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el síndrome de mascarada?
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