DICCIONARIO MÉDICO
Síndrome de Stevens-Johnson
El síndrome de Stevens-Johnson es una condición médica grave y poco común, caracterizada por una reacción grave a medicamentos o infecciones, que provoca la aparición de ampollas en la piel y mucosas, como la boca, ojos y genitales, y que a menudo conlleva complicaciones graves y puede ser potencialmente mortal. Este síndrome es un tipo de enfermedad cutánea grave, considerada una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato. Los primeros síntomas del síndrome de Stevens-Johnson pueden incluir fiebre y síntomas similares a los de la gripe, tales como dolor de garganta y tos. Estos síntomas pueden ser seguidos por el desarrollo de dolor en el área afectada, enrojecimiento de la piel, y el surgimiento de ampollas y úlceras en la piel y mucosas. La etiología del síndrome de Stevens-Johnson se asocia frecuentemente a reacciones adversas a medicamentos. Algunos medicamentos que se han relacionado con el desarrollo de esta enfermedad incluyen anticonvulsivantes, antibióticos como sulfamidas y penicilinas, y antiinflamatorios no esteroideos. En algunos casos, el síndrome de Stevens-Johnson puede estar relacionado con infecciones bacterianas o virales, como el herpes simplex virus o el Mycoplasma pneumoniae. Sin embargo, en muchos casos, la causa exacta de esta afección puede ser desconocida. Dada la gravedad de los síntomas, los pacientes afectados por el síndrome de Stevens-Johnson requieren atención médica inmediata, y frecuentemente son hospitalizados en unidades de cuidados intensivos o unidades de quemados para recibir tratamiento especializado. El tratamiento primario para este síndrome es la identificación y eliminación del agente causante, como el medicamento o la infección subyacente. El manejo de los síntomas incluye el uso de analgésicos para controlar el dolor, medicamentos tópicos para la piel y medidas de soporte como líquidos intravenosos para prevenir la deshidratación. El diagnóstico del síndrome de Stevens-Johnson se realiza principalmente a través de la evaluación clínica de los síntomas y la historia médica del paciente, aunque se pueden realizar pruebas adicionales como biopsias de piel para confirmar el diagnóstico. El pronóstico de esta enfermedad varía dependiendo de la extensión y gravedad de la afección cutánea, así como de la presencia de otras afecciones médicas subyacentes. Complicaciones como infecciones secundarias de la piel y órganos internos pueden influir en el pronóstico y requerir tratamiento adicional. El manejo de los pacientes con síndrome de Stevens-Johnson implica no solo la atención médica inmediata sino también un seguimiento a largo plazo, dada la posibilidad de secuelas permanentes, como cicatrices, problemas de visión y afectación de órganos internos. El soporte emocional y psicológico también es crucial para los pacientes y sus familias debido al impacto significativo que esta enfermedad puede tener en la calidad de vida. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el síndrome de Stevens-Johnson?
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