DICCIONARIO MÉDICO
Síndrome de Usher
El síndrome de Usher representa una condición clínica hereditaria caracterizada principalmente por la manifestación progresiva de pérdida auditiva y una alteración visual denominada retinitis pigmentosa, una enfermedad ocular que afecta la retina y puede conducir a la pérdida de la visión. Esta entidad médica lleva el nombre de Charles Usher, quien describió inicialmente la asociación entre la pérdida auditiva y la retinitis pigmentosa en el año 1914. Aunque este síndrome es menos común en comparación con otros trastornos genéticos, ha sido motivo de extensas investigaciones y estudios en el campo de la genética médica, oftalmología y otorrinolaringología, debido a su complejidad clínica y genética. Este síndrome se clasifica en tres subtipos clínicos diferentes basados en la gravedad y el tiempo de aparición de los síntomas, siendo el síndrome de Usher tipo 1 el más severo, caracterizado por una pérdida auditiva profunda desde el nacimiento y problemas significativos en el equilibrio. El tipo 2 se asocia con pérdida auditiva moderada a severa y una aparición más tardía de retinitis pigmentosa, mientras que el tipo 3 se manifiesta con pérdida auditiva progresiva y variable y retinitis pigmentosa. Dada su naturaleza hereditaria, el síndrome de Usher se transmite de forma autosómica recesiva, lo que significa que ambos padres deben ser portadores del gen mutado para que un hijo herede la condición. Aunque los padres portadores no manifiestan síntomas, existe un 25% de probabilidad en cada embarazo de que el niño herede dos copias del gen mutado, una de cada progenitor, desarrollando así el síndrome de Usher. La manifestación clínica de la retinitis pigmentosa incluye la pérdida progresiva de la visión nocturna, disminución del campo visual y, eventualmente, pérdida de la visión central. Estas alteraciones visuales son el resultado de la degeneración y pérdida de los fotoreceptores de la retina, conos y bastones, que son fundamentales para la percepción de la luz y el color. A medida que la enfermedad progresa, los individuos afectados pueden experimentar cataratas y otros problemas oculares que contribuyen a la pérdida visual. En cuanto a la pérdida auditiva asociada, varía significativamente dependiendo del subtipo de síndrome de Usher, siendo el tipo 1 el que presenta una mayor severidad desde el nacimiento, lo que implica un impacto significativo en el desarrollo del lenguaje y las habilidades comunicativas. Los afectados por el tipo 2 y 3 experimentan grados variables de pérdida auditiva, lo que se refleja en la diversidad en la capacidad de comunicación y aprendizaje del lenguaje entre los individuos con síndrome de Usher. Los avances en la investigación genética han identificado múltiples genes asociados con el síndrome de Usher, lo que ha permitido el desarrollo de pruebas genéticas para confirmar el diagnóstico, identificar portadores y ofrecer asesoramiento genético a las familias afectadas. La identificación temprana del síndrome permite la implementación de estrategias terapéuticas y de rehabilitación que buscan mejorar la calidad de vida de los individuos afectados, tales como el uso de audífonos, implantes cocleares, terapias visuales y de movilidad, y la enseñanza de lenguaje de señas y Braille. En cuanto al manejo de la retinitis pigmentosa, aunque actualmente no existe un tratamiento curativo, se están explorando diversas estrategias terapéuticas, incluyendo terapia génica, terapia celular y tratamientos farmacológicos, con el objetivo de detener o retardar la progresión de la pérdida visual. Además, se recomienda el monitoreo regular de la salud ocular y la adhesión a medidas preventivas como el uso de gafas de sol y una dieta rica en vitamina A para preservar la salud retinal. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es el síndrome de Usher?
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