Tejido adiposo blanco

¿Qué es el tejido adiposo blanco?

El tejido adiposo blanco es uno de los dos tipos principales de tejido adiposo en el cuerpo humano, siendo el otro el tejido adiposo pardo. Este tejido, que se encuentra en mayor cantidad en el organismo, se distingue por su color blanquecino o amarillento debido a la acumulación de lípidos en los adipocitos, las células que componen el tejido adiposo.

Cada adipocito del tejido adiposo blanco contiene una gran gota lipídica que ocupa la mayor parte del volumen celular, lo que contrasta con los adipocitos del tejido adiposo pardo, que contienen múltiples gotas lipídicas pequeñas. Los adipocitos del tejido adiposo blanco están especializados en el almacenamiento de energía en forma de triglicéridos, que pueden ser liberados y utilizados por el cuerpo cuando es necesario.

Pero el tejido adiposo blanco no es simplemente un almacén de grasa. También es un órgano endocrino activo que produce y secreta una variedad de hormonas y proteínas, conocidas colectivamente como adipocinas. Entre las adipocinas más importantes se encuentran la leptina, que regula la ingesta de alimentos y el gasto energético, y la adiponectina, que mejora la sensibilidad a la insulina y tiene propiedades antiinflamatorias.

Además, el tejido adiposo blanco desempeña un papel clave en la regulación del metabolismo lipídico y glucídico, la homeostasis de la glucosa y la sensibilidad a la insulina. Asimismo, está implicado en la respuesta inflamatoria y en la regulación del sistema inmunitario.

El exceso de tejido adiposo blanco, especialmente cuando se acumula en el abdomen, puede dar lugar a la obesidad y aumentar el riesgo de una serie de problemas de salud, como la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2, la enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer. Estas complicaciones se deben en parte a las alteraciones en la producción de adipocinas y a la inflamación crónica de bajo grado asociada a la obesidad.

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