DICCIONARIO MÉDICO
Teleorbitismo
El teleorbitismo, también conocido como hipertelorismo, es un trastorno caracterizado por un aumento anormal en la distancia entre las órbitas oculares, lo que resulta en una separación ampliada entre los ojos. Este fenómeno puede ser una característica distintiva de diversas condiciones genéticas, congénitas y adquiridas, y puede tener un impacto significativo en la apariencia facial y en la función visual. El teleorbitismo puede ser de dos tipos: primario y secundario. El teleorbitismo primario se presenta como una característica aislada, sin la presencia de otras anomalías craneofaciales o sistémicas. En cambio, el teleorbitismo secundario se asocia con malformaciones craneofaciales más amplias, como la trigonocefalia (una deformidad craneal que provoca una forma triangular de la cabeza), la displasia frontonasal (un trastorno del desarrollo facial que afecta la región nasal y frontal del cráneo) o el síndrome de Apert (una enfermedad genética que provoca malformaciones en el cráneo, la cara y las extremidades). El teleorbitismo puede ser congénito, es decir, presente desde el nacimiento, o adquirido, lo que indica que se desarrolla después del nacimiento debido a una enfermedad o lesión. El teleorbitismo congénito puede ser causado por diversas condiciones genéticas, como el síndrome de Down, el síndrome de Turner, el síndrome de Waardenburg y el síndrome de Wolf-Hirschhorn. El teleorbitismo adquirido puede ser consecuencia de traumas faciales, cirugías, enfermedades inflamatorias o infecciones que afectan los tejidos y estructuras circundantes al ojo. El diagnóstico del teleorbitismo se basa en la evaluación clínica, incluida la medición de la distancia intercantal (la distancia entre los cantos internos) y la distancia interpupilar (la distancia entre los centros de las pupilas). Estas mediciones pueden compararse con las normas poblacionales para determinar si la separación entre los ojos es anormal. En algunos casos, se pueden realizar estudios de imagen, como radiografías, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM), para evaluar las estructuras óseas y de tejidos blandos subyacentes. El tratamiento del teleorbitismo depende de la causa subyacente y de la gravedad de la anomalía. En casos leves, no puede ser necesaria ninguna intervención. Sin embargo, en casos más severos o en aquellos que afectan la función visual, se pueden realizar intervenciones quirúrgicas, como la orbitotomía medial (una cirugía para reubicar las órbitas oculares) o la corrección de las deformidades óseas subyacentes. La elección del tratamiento se basa en una evaluación integral de la apariencia facial, la función visual y el impacto psicosocial de la anomalía en la vida del paciente. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es teleorbitismo?
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