DICCIONARIO MÉDICO

Terror nocturno

¿Qué es el terror nocturno?

Los terrores nocturnos, también conocidos como episodios de pavor nocturno o trastorno del despertar del sueño no REM, son episodios de miedo intenso y agitación que ocurren durante el sueño profundo, generalmente en las primeras horas de la noche. Este trastorno del sueño se caracteriza por manifestaciones físicas y emocionales de ansiedad, como gritos, llanto, taquicardia, sudoración y movimientos bruscos, aunque los afectados suelen permanecer dormidos durante el episodio y no recuerdan lo ocurrido al despertar.

A diferencia de las pesadillas, que suelen acontecer durante la fase de sueño REM y pueden recordarse al despertar, los terrores nocturnos tienen lugar durante la transición del sueño no REM a la fase REM, específicamente en la etapa 3 del sueño no REM, conocida como sueño de ondas lentas o sueño profundo. Esta distinción es crucial para el diagnóstico y el abordaje terapéutico de estos trastornos del sueño.

Los terrores nocturnos son más frecuentes en la infancia, especialmente en niños de entre 4 y 12 años, aunque también pueden presentarse en adultos. La prevalencia en la población infantil varía entre el 1% y el 6%, mientras que en adultos es menos del 1%. Aunque la causa exacta de los terrores nocturnos no se conoce, se cree que este trastorno está relacionado con factores genéticos, madurativos y ambientales, así como con la presencia de otros trastornos del sueño, como el sonambulismo o la apnea del sueño.

Entre los factores de riesgo para el desarrollo de terrores nocturnos se incluyen el estrés, la privación del sueño, la fatiga, la fiebre, el consumo de ciertos medicamentos y la presencia de condiciones médicas subyacentes, como trastornos psiquiátricos o neurológicos. Además, la predisposición genética parece jugar un papel importante, ya que los individuos con antecedentes familiares de terrores nocturnos o sonambulismo tienen mayor probabilidad de experimentar estos episodios.

El diagnóstico de los terrores nocturnos se basa en la historia clínica, la descripción de los episodios y la exclusión de otras condiciones médicas o trastornos del sueño que puedan causar síntomas similares. En algunos casos, puede ser útil realizar un estudio polisomnográfico para evaluar la arquitectura del sueño y descartar otros trastornos, como la apnea del sueño o las crisis epilépticas nocturnas.

El tratamiento de los terrores nocturnos se centra en abordar los factores desencadenantes y en establecer medidas de prevención y manejo de los episodios. Entre las intervenciones recomendadas se encuentran la implementación de una rutina regular de sueño, la eliminación de factores estresantes, el manejo del estrés mediante técnicas de relajación y, en casos de trastornos concomitantes, el tratamiento específico de la condición subyacente.

© Clínica Universidad de Navarra 2023

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