Tracción cervical

¿Qué es la tracción cervical?

La tracción cervical es un método terapéutico utilizado en el campo de la medicina física y rehabilitación para manejar ciertas condiciones que afectan a la columna cervical o cuello. La columna cervical es una estructura compleja compuesta por siete vértebras que protegen la médula espinal y soportan la cabeza. Esta región puede verse afectada por una variedad de trastornos, que incluyen hernias de disco, artritis, esguinces cervicales y radiculopatías cervicales, que pueden causar dolor y limitar la movilidad.

El principio detrás de la tracción cervical implica la aplicación de una fuerza suave y constante en la cabeza para alargar la columna cervical. Este estiramiento puede ayudar a aliviar la presión sobre las raíces nerviosas y los discos intervertebrales, reduciendo así el dolor y mejorando la función. La tracción cervical puede ser aplicada de manera manual por un fisioterapeuta o con la ayuda de un dispositivo mecánico. 

En la tracción manual, el terapeuta usa sus manos para aplicar una fuerza suave y constante en la cabeza del paciente. La cantidad de fuerza aplicada y la dirección del tirón pueden ser ajustadas basándose en la respuesta del paciente y la condición específica que se está tratando. La tracción manual puede ser muy útil para los pacientes que tienen una cantidad limitada de movilidad en el cuello o para aquellos que tienen una condición aguda que puede ser agravada por el movimiento.

La tracción mecánica, por otro lado, implica el uso de un dispositivo que aplica una fuerza constante o intermitente en la cabeza del paciente. Los dispositivos de tracción cervical pueden ser de sobremesa, con el paciente sentado, o pueden ser de tipo supino, con el paciente acostado. La magnitud de la fuerza de tracción, la duración del tratamiento y la posición del cuello pueden ser ajustadas para satisfacer las necesidades individuales de cada paciente.

La tracción cervical ha demostrado ser efectiva en la reducción del dolor y la mejora de la función en algunos pacientes con trastornos de la columna cervical. Sin embargo, los resultados pueden variar y dependen de una serie de factores, incluyendo la causa subyacente del dolor cervical, la severidad de la condición, la edad y el estado de salud general del paciente, y la magnitud y duración de la tracción. 

Como cualquier procedimiento médico, la tracción cervical no está exenta de riesgos. Algunos pacientes pueden experimentar un aumento del dolor después del tratamiento. Otros pueden experimentar mareos, náuseas o dolores de cabeza. Sin embargo, estos efectos secundarios suelen ser temporales y pueden minimizarse ajustando la magnitud de la tracción o cambiando la posición del paciente durante el tratamiento.

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