DICCIONARIO MÉDICO
Tróclea
La tróclea es una estructura anatómica que se encuentra en varios huesos del cuerpo humano, y su función es servir como una superficie articular para la interacción con otros huesos. Su forma recuerda a una polea, de donde proviene su nombre, que en latín significa precisamente "polea". Este término puede referirse a la tróclea del húmero, en el codo, o a la tróclea del fémur, en la rodilla, ambas esenciales para el movimiento y la función normales de estas articulaciones. La tróclea del húmero se localiza en el extremo distal de este hueso, formando parte de la articulación del codo. Se presenta como una estructura convexa, en forma de huso, y se articula con la fosa troclear del cúbito, permitiendo así el movimiento de flexión y extensión del codo. La tróclea humeral también tiene una cresta central y dos fosas, una medial y otra lateral, que se acomodan a las prominencias correspondientes en el cúbito. Por otro lado, la tróclea del fémur se encuentra en su extremo distal, en la región de la rodilla. Esta tróclea se compone de dos cóndilos, uno medial y otro lateral, que se asemejan a dos poleas unidas. La tróclea femoral se articula con la rótula, un hueso sesamoideo que mejora la eficiencia de la extensión de la rodilla al actuar como una polea para el tendón del cuádriceps. El movimiento en ambas articulaciones, el codo y la rodilla, depende en gran medida de la integridad de estas estructuras trocleares. En condiciones normales, permiten un movimiento suave y sin fricción. Sin embargo, pueden verse afectadas por diversas patologías que comprometen la movilidad y funcionamiento de las articulaciones. Una de las condiciones más comunes que afectan a la tróclea es la osteoartritis, una enfermedad degenerativa que causa el desgaste del cartílago que recubre estas estructuras óseas. Esto puede resultar en dolor, hinchazón y limitación del movimiento en la articulación afectada. Además, la tróclea puede verse afectada por fracturas, que son particularmente comunes en el contexto de traumatismos de alta energía, como los accidentes de tráfico o las caídas desde altura. Desde el punto de vista del diagnóstico, las técnicas de imagen como la radiografía, la tomografía computarizada y la resonancia magnética son esenciales para evaluar la tróclea. Estos estudios pueden mostrar una variedad de hallazgos, desde cambios degenerativos hasta fracturas u otras lesiones óseas. El tratamiento de las condiciones que afectan a la tróclea depende de la gravedad y naturaleza de la afección. En casos de osteoartritis, por ejemplo, el tratamiento puede incluir medidas no farmacológicas como la fisioterapia y el ejercicio, así como medicamentos para el dolor y, en casos más avanzados, la cirugía de reemplazo de articulaciones. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la tróclea?
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