DICCIONARIO MÉDICO
Tuberculosis genitourinaria
La tuberculosis genitourinaria, también conocida como tuberculosis urogenital, se refiere a la infección por Mycobacterium tuberculosis que afecta al sistema genitourinario, el cual incluye los riñones, el tracto urinario, la vejiga, los órganos reproductivos y las glándulas suprarrenales. Representa aproximadamente el 15-20% de los casos de tuberculosis extrapulmonar y es la segunda forma más común de tuberculosis extrapulmonar después de la tuberculosis ganglionar. La tuberculosis genitourinaria generalmente se desarrolla de manera secundaria a la tuberculosis pulmonar, es decir, primero hay una infección pulmonar que luego se disemina a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo. A menudo, el proceso de infección inicial puede pasar desapercibido y la infección genitourinaria puede presentarse años después de la infección pulmonar original. Los riñones son los órganos más comúnmente afectados en la tuberculosis genitourinaria, seguidos por el sistema reproductivo en las mujeres y la próstata y los testículos en los hombres. Las infecciones en estos lugares pueden causar una variedad de síntomas. En los casos de tuberculosis renal, los síntomas pueden incluir dolor en la parte baja de la espalda, sangre en la orina y fiebre. En las mujeres, la infección del sistema reproductivo puede provocar dolor abdominal, sangrado irregular y dolor durante las relaciones sexuales. En los hombres, la infección puede causar dolor testicular, dificultad para orinar y disfunción eréctil. El diagnóstico de la tuberculosis genitourinaria puede ser desafiante debido a la naturaleza insidiosa y a menudo asintomática de la enfermedad en sus primeras etapas. Las pruebas de orina para la detección de Mycobacterium tuberculosis son fundamentales para el diagnóstico, al igual que la citología urinaria y el cultivo de orina. También se utilizan pruebas de imagen, como la ecografía y la tomografía computarizada, para evaluar la estructura y la función de los órganos genitourinarios y detectar posibles anomalías. En casos seleccionados, puede ser necesaria una biopsia de los órganos afectados para un diagnóstico definitivo. El tratamiento de la tuberculosis genitourinaria se basa en un régimen de medicamentos antituberculosos, que incluye isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol. El tratamiento generalmente se extiende durante un período de seis a nueve meses, pero puede ser más prolongado en casos de resistencia a los medicamentos o complicaciones. En casos graves, puede ser necesaria la cirugía para eliminar las lesiones tuberculosas, drenar abscesos o, en casos extremos, extirpar órganos gravemente afectados. La prevención de la tuberculosis genitourinaria sigue las mismas pautas que para todas las formas de tuberculosis y se basa en la detección temprana y el tratamiento de los casos de tuberculosis pulmonar, así como en la vacunación con la vacuna BCG, especialmente en áreas donde la tuberculosis es prevalente. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la tuberculosis genitourinaria?
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