DICCIONARIO MÉDICO
Tuberosidad isquiática
La tuberosidad isquiática es una estructura anatómica situada en la pelvis, específicamente en el hueso isquion, uno de los tres huesos que conforman el hueso de la cadera o coxal. El coxal se divide en tres partes: el ilion, el pubis y el isquion, que se fusionan en la edad adulta. La tuberosidad isquiática es una prominencia ósea palpable que se ubica en la región inferior y posterior de la pelvis, siendo un punto de referencia clínico importante en el examen físico. Esta estructura tiene un valor fundamental en la biomecánica del cuerpo humano. Sirve como punto de inserción para varios músculos y ligamentos que desempeñan funciones cruciales para el movimiento y la estabilidad. Entre ellos, se incluyen los músculos de los isquiotibiales, que son esenciales para la extensión de la cadera y la flexión de la rodilla, el músculo aductor mayor, que contribuye a la aducción de la cadera, y el ligamento sacrotuberoso, que ayuda a estabilizar la articulación sacroilíaca. Además, la tuberosidad isquiática soporta el peso del cuerpo en posición sentada, lo que explica por qué puede ser susceptible a una variedad de afecciones y lesiones. Una de las más comunes es el bursitis isquiática, una inflamación de la bursa que se encuentra entre la tuberosidad isquiática y los tejidos blandos subyacentes. Esta afección puede desarrollarse por presión o fricción prolongada, como puede ser el caso de los deportistas que practican ciclismo de manera intensiva, o en personas que permanecen sentadas durante largos periodos de tiempo. Los síntomas de la bursitis isquiática incluyen dolor en la región glútea y dificultad para sentarse. Otra condición que puede involucrar a la tuberosidad isquiática es la fractura avulsión del isquion, que puede ocurrir cuando los músculos isquiotibiales contraen de manera intensa y repentina, arrancando un fragmento del hueso isquion en su punto de inserción. Este tipo de lesiones son más comunes en jóvenes atletas que participan en deportes que implican sprinting o saltos. Los síntomas incluyen dolor severo, hinchazón y dificultad para caminar. El diagnóstico de las afecciones de la tuberosidad isquiática generalmente implica un examen físico y pruebas de imagen, como radiografías o resonancia magnética. El tratamiento depende de la gravedad de la afección y puede incluir reposo, fisioterapia, medicación para el dolor y la inflamación, y en casos severos, cirugía. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es la tuberosidad isquiática?
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