DICCIONARIO MÉDICO

Úlcera de decúbito

¿Qué es una úlcera de decúbito?

Una úlcera de decúbito, también conocida como escara o úlcera por presión, es una lesión en la piel y en los tejidos subyacentes que se produce debido a la presión sostenida y constante sobre una zona específica del cuerpo. Esta presión interrumpe el flujo sanguíneo normal y priva a las células de oxígeno y nutrientes, lo que lleva a la muerte celular y la posterior formación de una úlcera.

Las úlceras de decúbito suelen ocurrir en áreas donde los huesos están cerca de la superficie de la piel, como los talones, caderas, codos, tobillos, hombros, sacro y la región occipital del cráneo. Estas úlceras son más frecuentes en pacientes con movilidad reducida, como aquellos postrados en cama, en sillas de ruedas o con enfermedades neurológicas que limitan la capacidad de moverse y cambiar de posición.

Los factores de riesgo para desarrollar úlceras de decúbito incluyen:

  • Inmovilidad: La falta de movimiento prolongado aumenta la presión en ciertas áreas del cuerpo, lo que puede causar úlceras de decúbito.
  • Desnutrición: La falta de una alimentación adecuada y equilibrada dificulta la capacidad del cuerpo para reparar y mantener la integridad de la piel.
  • Humedad: La humedad en la piel, ya sea por sudoración o incontinencia, puede aumentar el riesgo de úlceras de decúbito al debilitar la piel.
  • Fricción y cizallamiento: El roce constante de la piel y el desplazamiento de los tejidos subyacentes pueden contribuir al desarrollo de úlceras de decúbito.

El diagnóstico de las úlceras de decúbito se basa en la evaluación clínica y la clasificación de la gravedad de la lesión según la escala de estadios de úlceras por presión, que varía desde el estadio I (enrojecimiento de la piel intacta) hasta el estadio IV (pérdida total del grosor de la piel, con exposición de músculo, hueso o tendones).

El tratamiento de las úlceras de decúbito implica una combinación de medidas para reducir la presión, mejorar la circulación sanguínea, promover la cicatrización y prevenir infecciones. Estas medidas pueden incluir:

  • Cambios frecuentes de posición: Ayudan a redistribuir la presión y reducir el riesgo de desarrollar úlceras de decúbito.
  • Colchones y cojines especializados: Estos dispositivos pueden redistribuir la presión y reducir la fricción y el cizallamiento en áreas de riesgo.
  • Cuidado de las heridas: La limpieza y el cuidado adecuado de las heridas es fundamental para prevenir infecciones y promover la cicatrización.
  • Nutrición adecuada: Una dieta equilibrada y rica en proteínas, vitaminas y minerales es esencial para el proceso de cicatrización y la reparación de la piel.
  • Control de la humedad: Mantener la piel limpia y seca, y usar barreras cutáneas para protegerla de la humedad puede ayudar a prevenir úlceras de decúbito.
  • Terapias tópicas y avanzadas: Cremas, apósitos y tratamientos especializados, como la terapia de presión negativa o la terapia de oxígeno hiperbárico, pueden ser útiles en la gestión de úlceras de decúbito de mayor gravedad.

La prevención es la clave en el manejo de las úlceras de decúbito. Es fundamental realizar evaluaciones de riesgo, implementar estrategias de prevención y educar a los pacientes y a sus cuidadores sobre la importancia del cuidado de la piel y la movilización temprana.

El manejo adecuado de las úlceras de decúbito es esencial para minimizar las complicaciones potenciales, como infecciones, celulitis, osteomielitis o sepsis, que pueden agravar el estado de salud del paciente y prolongar el tiempo de recuperación.

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