DICCIONARIO MÉDICO
Válvula linfática
La válvula linfática es un componente crucial del sistema linfático, un extenso sistema de vasos y ganglios que se encarga de la eliminación de los desechos y toxinas del organismo. Aunque menos conocido que el sistema circulatorio, el sistema linfático desempeña un papel vital en la inmunidad y la homeostasis del fluido intersticial. Las válvulas linfáticas se encuentran a lo largo de los vasos linfáticos, que son responsables de transportar la linfa, un líquido incoloro que contiene proteínas, grasas, glóbulos blancos y desechos celulares. Estas válvulas se parecen en estructura a las válvulas venosas, con dos a tres cúspides delgadas y flexibles que se abren para permitir el flujo de linfa en una sola dirección. Cuando el fluido empuja las cúspides de la válvula hacia aparte, la válvula se abre para permitir el paso de la linfa. Cuando el flujo de linfa se detiene o se invierte, las cúspides de la válvula se cierran para evitar el reflujo. La función de las válvulas linfáticas es crucial para el mantenimiento de la unidireccionalidad del flujo linfático. Dado que el sistema linfático no tiene un órgano de bombeo central como el corazón en el sistema circulatorio, depende en gran medida de las válvulas linfáticas, junto con la contracción de los músculos circundantes y la respiración, para facilitar el movimiento de la linfa a través de los vasos linfáticos. Además, las válvulas linfáticas desempeñan un papel importante en la respuesta inmunológica del cuerpo. A medida que la linfa se mueve a través de los vasos linfáticos, pasa por los ganglios linfáticos, donde los glóbulos blancos, como los linfocitos, examinan la linfa para detectar y responder a los antígenos, como las bacterias y los virus. Al prevenir el reflujo de la linfa, las válvulas linfáticas aseguran que los antígenos sean transportados eficientemente a los ganglios linfáticos para su reconocimiento y eliminación. A pesar de su importancia, las válvulas linfáticas no son inmunes a los trastornos y enfermedades. Un ejemplo de esto es la linfedema, una condición caracterizada por la hinchazón de las extremidades debido a la disfunción del sistema linfático. Esta puede ser causada por la ausencia, el mal funcionamiento o el daño de las válvulas linfáticas, lo que resulta en el reflujo de la linfa y la acumulación de fluido en los tejidos. La linfedema puede ser primaria, que es causada por defectos congénitos en el sistema linfático, o secundaria, que es causada por daños en el sistema linfático debido a cirugía, radioterapia, infección o trauma. El tratamiento del linfedema puede incluir terapia física, compresión, cuidado de la piel, ejercicio y, en algunos casos, cirugía. © Clínica Universidad de Navarra 2023¿Qué es una válvula linfática?
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